El presidente Barack Obama comenzó este lunes una gira en autobús por el corazón de Estados Unidos, en la que durante tres días desafiará a los republicanos a que aprueben sus medidas para crear empleos, pese al rechazo inicial de un ambicioso plan presentado al Congreso.
La gira de tres días arrancó en la ciudad de Asheville, en Carolina del Norte (sudeste), e incluye paradas para encuentros improvisados y hasta tres discursos por día durante los más de 900 km que recorrerá hasta llegar a Virginia, para abarcar dos estados estratégicos del mapa electoral.
El viaje se inicia cuando el plan de empleo de 447.000 millones de dólares de Obama está atascado en el Senado, donde los legisladores republicanos bloquearon su votación.
Ante varios centenares de personas que lo esperaban en el aeropuerto de Ashville, donde aterrizó el Air Force One a media mañana, Obama defendió su plan de empleo y acusó a los republicanos de decir “no a la idea de que los docentes y los obreros de la construcción vuelvan al trabajo; han dicho no a la idea de reconstruir nuestros puentes y nuestros aeropuertos, han dicho no a la idea de reducir los impuestos a la clase media y a las PyMEs”.
“En resumen, os han dicho no a vosotros”, afirmó Obama, alegando que un reciente sondeo dice que 63% de los estadounidenses apoya las ideas de ese plan de empleo, que incluye estímulos fiscales y medidas de relanzamiento.
En momentos en que el movimiento ‘Ocupa Wall Street’ toma mayor amplitud, Obama aseguró que los republicanos “quieren dejar que Wall Street haga lo que quiera”. La idea de los republicanos es “volver a los buenos tiempos antes de la crisis financiera, cuando Wall Street escribía sus propias reglas” de funcionamiento, aseguró.
En un autobús blindado especialmente equipado, Obama hará paradas en escuelas, centros de formación y estaciones de bomberos, con el objetivo de conseguir apoyo público para que sea aprobado su plan -o parte de éste- en el Congreso.
“El viaje ofrecerá al presidente la oportunidad de visitar las comunidades más pequeñas, y hablar con los alcaldes, profesores, propietarios de pequeñas empresas y otros residentes locales, sobre (…) cómo van a beneficiarse de la ley de empleos”, dijo el portavoz de Obama, John Earnest.
“En los actos públicos que están programadas para cada día, el presidente desafiará al Congreso para que esta semana apruebe cada uno de los elementos de su proyecto de ley de empleo, parte por parte”, agregó.
El principal asesor económico del gobierno, Jason Furman, dijo que el gobierno espera que el plan se apruebe “por partes”, y agregó: “No hay por ahí otro plan que vaya a tener un impacto inmediato sobre el empleo, según todos los pronósticos económicos independientes”.
La idea de los demócratas es forzar al ala dura republicana a no votar en contra de extender los impuestos de contratación, de aumentar los impuestos a los ricos y del financiamiento para ayudar a los veteranos de guerra a encontrar trabajo.
Parte de su plan, dijo Earnest, es instar a los legisladores a respaldar la propuesta de 35 000 millones de dólares incluida en el proyecto de ley que permitiría ayudar a los estados y las comunidades locales a apoyar a “cerca de 400 000 puestos de trabajo docentes en todo el país, además de a los servicios de emergencia, como policías y bomberos”.
Pero Mitt Romney, uno de los candidatos que lidera los sondeos para la nominación presidencial republicana, calificó la iniciativa de Obama como “La mágica gira de la miseria”, y dijo que el viaje es más político que económico.
“Bajo la presidencia de Obama, Carolina del Norte ha perdido más de 125 000 puestos de trabajo y sufre” un desempleo de dos dígitos”, dijo el comando de campaña de Romney en un comunicado.