Luisa Gallo, dueña de un local de venta de ropa en el Centro Comercial San Martín, en el sector de La Marín, se quedó callada y confundida cuando Mayra Castro, encuestadora del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), le preguntó si durante el último año compró algún activo fijo.
Ante el silencio de Gallo, la funcionaria del Instituto reformuló la pregunta, explicándole que lo que quería saber era si había comprado algún mueble para su negocio. Más tranquila, Gallo respondió que compró unas vitrinas por un valor de USD 60.
Esta situación se produjo durante la cuarta etapa de pruebas piloto para el censo nacional económico, proceso que empezó a inicios de este mes en Guayaquil, Cuenca y Ambato.
El censo, que se realizará entre septiembre y noviembre, busca levantar información de todos los actores productivos, desde los pequeños locales comerciales hasta las grandes empresas.
David Vera, coordinador nacional del Censo Económico, explicó que el fin del pre censo es tener una idea de las dudas que puedan surgir al hacer los cuestionarios y dar soluciones antes de que se haga el proceso real.
“En el caso de las preguntas estamos viendo cuáles se deberían rediseñar con el objetivo de que las gente entienda mejor”.
El cuestionario consta de 10 secciones, cada una con un promedio de siete preguntas relacionadas con la ubicación, los ingresos, los gastos y el personal que labora en los negocios.
Byron Villacís, director del INEC, explicó que ninguna de las preguntas tiene relación con el tema tributario. Además, dijo que el ente está casi listo para poner en marcha el censo económico, así como el de población.
Para ambos procesos el Gobierno ha destinado un presupuesto de USD 40 millones, es decir 20 millones para cada uno. Entre los gastos para el censo económico consta la contratación de cerca de 3 000 personas que realizarán las encuestas.