Poco a poco, los contribuyentes dedicados a la actividad comercial modernizan sus procesos y digitalizan sus operaciones.
Desde el 2005, un grupo de asesores brasileños trabaja en la transformación de los procesos en las entidades públicas, a fin de que cada vez más actividades se realicen digitalmente.Y ese primer escalón fue dado el 23 de julio del año pasado, cuando la empresa Plasticaucho fue autorizada para adoptar la facturación electrónica.
Desde allí, ocho empresas más se insertaron en este proyecto que durante este año tendrá un nuevo impulso, según lo dio a conocer el director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco.
“Este año estaremos consolidando este nuevo sistema. Iremos avanzando gradualmente. La facturación electrónica será una obligación para todos los contribuyentes en el 2013”.
Según explica Paola Hidalgo, jefa Nacional de Servicios Tributarios del SRI, actualmente se está en la primera etapa, que es la facturación electrónica entre las compañías que se venden unas a otras. Es decir, en el caso de Holcim, que adoptó el sistema en octubre del año pasado, gira las facturas a sus proveedores por medios digitales.
La segunda etapa continuará con las empresas públicas y, finalmente, hasta el 2013, se espera que los demás contribuyentes se sumen. “No obstante, será aún muy difícil que en un restaurante le entreguen una factura. Se puede hacer, pero aún no hay la cultura, ni siquiera en Brasil, de donde vinieron los expertos a asesorarnos”.
Pese a ello, facturaciones electrónicas por servicios o por venta de productos sí se pueden hacer. Así, el cliente podrá evitar acumular una serie de papeles que en ocasiones podían extraviarse. Con la factura electrónica podrá guardar en la computadora de su casa o en algún dispositivo de almacenamiento todas las facturas.
Esto, a su vez, le permitirá mantener un orden para el caso de las declaraciones de impuestos tales como pago del Impuesto a la Renta, deducciones de gastos personales y otros. “El ahorro de tiempo y recursos será importante”, señala Hidalgo.
Adicionalmente, el contribuyente tendrá la oportunidad de ahorrar costos por emisión de las facturas físicas. En las imprentas autorizadas, la producción de un bloque de facturas cuesta entre USD 20 y 25, dependiendo de las dimensiones y del tipo de papel. Mientras que el ‘software’ de la factura electrónica será gratuito en el SRI.
Finalmente, por el lado de la autoridad tributaria, el cambio de mecanismo le permitirá tener un mayor control sobre los contribuyentes y sobre sus transacciones. De esta manera, podrá realizar una auditoría al instante, lo que hoy eso se demora entre tres y cuatro años.
La empresa ensaya el proyecto
El esquema de sistemas electrónicos está bajo la supervisión del Banco Central, desde el 2008. Este órgano regula la operación de este mecanismo.
Por ello, también se vinculó a digitalizar sus procesos, cuando el 17 de marzo de este año el Banco Central del Ecuador desde este año dejó de emitir chequeras para sus clientes, principalmente los bancos.
Según Wagner Fierro, director de Servicios Bancarios Nacionales del Central, “la consigna es utilizar cada vez más los instrumentos electrónicos como una forma que no solo facilita las transacciones y mejora los tiempos, sino que además permite ahorrar recursos”.
Y explica que la idea es vincular cada vez de mejor manera al sector público y el privado. De allí que el año pasado, cinco empresas fueron autorizadas para emitir facturas electrónicas: Plasticaucho, Holcim, Construmercado, Solcentro y Conclina. Mientras que en este año se sumaron el Consejo Provincial de Pichincha, Otecel, Ecuaonline y DirecTV Ecuador.
En el caso de Telefónica Movistar, desde este mes puso en marcha el servicio de factura electrónica para sus clientes pospago. Este formato permite a los usuarios conocer sus consumos de forma más rápida y fácil. Además, el documento tiene validez tributaria ante el Servicio de Rentas Internas (SRI).
“El beneficio es una reducción en el tiempo de entrega de los consumos del cliente, ya que los recibirá en un máximo de 72 horas luego de su fecha de corte, mientras que con la factura tradicional en papel la entrega toma hasta ocho días”, aseguraron los voceros de la compañía.
Para cualquier información adicional sobre documentos electrónicos, las empresas deben escribir a eci@bce.ec