Los ministros de Economía del G20, del que también forma parte Estados Unidos, dieron ayer un ultimátum a Washington para que ratifique la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) luego de 4 años de retrasos.
“Estamos profundamente decepcionados con el continuo retraso en las reformas del sistema de cuotas y gobierno del FMI acordadas en el 2010”, afirmó el Grupo de los 20 (G20) en el comunicado emitido tras su reunión en Washington.
El grupo destacó que la implementación de las citadas reformas sigue siendo prioritaria e instó a Estados Unidos, el principal accionista del Fondo, con algo más del 17 % del voto y capacidad de veto, a ratificarlas “lo antes posible”. El G20 se comprometió ayer a respaldar un FMI “fuerte”, que cuente con los recursos “adecuados”.
“Si las reformas del 2010 no se ratifican para finales de año pediremos al FMI que desarrolle opciones para los próximos pasos y trabajaremos con el IMFC (principal órgano de gobierno del Fondo) para poner en agenda una discusión sobre esas opciones”.
Las reformas, que incluyen un mayor peso de los mercados emergentes en la estructura del Fondo y la dotación de fondos adicionales por parte de los países integrantes, recibieron un rotundo respaldo inicial de Estados Unidos en el 2010.
La implementación se ha prolongado por la inacción del Congreso estadounidense, que necesita ratificar las reformas.
Los senadores demócratas, con mayoría en el Senado estadounidense, abandonaron el mes pasado su plan para incluir las reformas en el paquete de ayuda a Ucrania después de que los republicanos en la Cámara de Representantes se negasen a considerar el asunto.
El programa de cambios en la estructura del Fondo se aprobó en el 2010 y el objetivo era que su implementación se completase en el 2012.
Joe Hockey, secretario del Tesoro de Australia, presidente de turno del G20, dijo esta semana en Washington que las demoras han causado “un daño considerable” a la imagen de EE.UU. y no benefician a nadie.
Según las propuestas reformas, la cuota de EE.UU. en el Fondo se reduciría ligeramente, del 17,69% actual a 17,40%.
Japón, el segundo mayor accionista, sufriría una reducción similar, mientras que China, en la actualidad la segunda mayor economía del mundo después de EE.UU., se convertiría en el tercer mayor accionista.
El Congreso se ha negado a aprobar el traspaso de USD 63 000 millones que hoy están en un fondo de crisis del FMI a sus cuentas generales, según lo acordado por el Gobierno estadounidense en el 2010.
Menos optimismo
“Los vientos son menos favorables” en Latinoamérica, que deberá adaptarse a un contexto de menores precios de las materias primas y condiciones financieras más ajustadas, dijo Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del FMI. El crecimiento pronosticado para la región latinoamericana por este organismo es del 2,5% en 2014, la cifra más baja en la última década si excluimos 2009, año de la crisis financiera global.
El descenso de los precios de las materias primas vendrá dado, principalmente por la “ralentización del crecimiento en China”; y Werner anticipó que los más afectados serán los países exportadores del Cono Sur.
El otro factor que arroja sombras sobre las economías latinoamericanas es el “ajuste” de las condiciones externas de financiación como consecuencia de la normalización monetaria en Estados Unidos, cuya Reserva Federal (Fed, banco central) ya ha iniciado el proceso de retirada de su multimillonario programa de estímulo monetario a través de la compra de bonos.
En este contexto, son especialmente relevantes el comportamiento de las dos grandes economías regionales: México, que mantendrá un crecimiento de entorno al 3% este año; y Brasil, para el que el fondo volvió a reducir sus previsiones hasta el 1,8% en 2014.
Otros países suramericanos, especialmente los calificados por el FMI de “financieramente integrados”, como Colombia, Chile y Perú, continuarán con su expansión económica de los últimos años.
Caso aparte son Venezuela y Argentina, para los que Werner vaticinó un escenario más complicado. El informe de “Perspectivas Económicas Globales”, presentado esta semana, destaca la salida de capitales, la elevada inflación en Venezuela y Argentina y la disparidad entre los tipos de cambio oficiales y lo que considera el mercado.
En contexto El FMI aprobó en el 2010 una reforma de cuotas que reordena el peso de los países en el organismo a favor de los cada vez más poderosos países emergentes como Brasil o China. Este último se convertiría en el tercer mayor accionista del organismo internacional.