El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó ayer a la baja su previsión de crecimiento de América Latina para este año de 3,7% al 3,4% al detectar “nuevas señales de debilidad”, sobre todo en la Zona Euro y en Estados Unidos.
“En los últimos tres meses, la recuperación mundial, que de todas maneras no había sido muy pronunciada, ha mostrado nuevas señales de debilidad”, dijo el FMI en su informe actualizado sobre la economía mundial.
El FMI advirtió de nuevos “riesgos de degradación” de la situación económica, al mostrar una “baja marginal” de sus previsiones con respecto a abril pasado y augurar un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de 3,5% (-0,1 puntos) en 2012 y de 3,9% (-0,2 puntos) en 2013. Las inquietudes del FMI se centraron principalmente en la región que denomina “la periferia de la Zona Euro”, que incluye a Grecia, que recibe asistencia financiera internacional, y a España, donde la entidad prevé que la recesión continuará hasta 2013.
“El crecimiento en un número importante de mercados emergentes ha sido menor que el esperado”, en gran parte por la situación mundial, pero también por “ un descenso marcado” de la demanda doméstica.
En la región latinoamericana, Brasil ve su crecimiento recortado en 0,6 puntos porcentuales, hasta el 2,5%, pero por el contrario México aumenta 0,3 puntos porcentuales, al 3,9%.
El FMI estima que el “potencial de crecimiento” de los países emergentes podría ser menos fuerte de lo previsto, por lo que rebajó sus previsiones para 2012 tanto para Brasil, como para China e India.
“La desaceleración en los mercados emergentes desde mediados del 2011 ha sido en parte resultado de una política más restrictiva ante señales de sobrecalentamiento. Pero las políticas se han relajado desde entonces y esto podría seguir ampliándose en la segunda mitad del 2012”.
China, segunda mayor economía mundial, registró en el segundo trimestre de este año su crecimiento más débil de los últimos tres años, 7,6% sobre igual trimestre del año anterior.
En medio del panorama sombrío, el FMI observó señales positivas: el precio del petróleo cayó en los últimos meses y los riesgos geopolíticos que pesaban sobre la producción de crudo parecen haber “ declinado ” .