La Autoridad Bancaria Europea (EBA) alertó ayer del peligro de que se produzca una grave falta de crédito en toda la Zona Euro. Su presidente, Andrea Enria, advirtió en una entrevista que ayer adelantó el semanario Der Spiegel, que después de los últimos test de estrés a los bancos europeos, podría darse una seria crisis de liquidez.
“Ahora puede surgir el problema de que los bancos concedan menos créditos y ahoguen con ello a la economía”, expuso.
La EBA estimó que los bancos europeos debían incrementar su capital en 115000 millones de euros (casi USD 154 000 millones) para responder a la crisis.
Pero Enria quiere evitar que amplíen sus fondos a costa de reducir sus negocios. “No permitiremos que la concesión de créditos se reduzca”, recalcó el italiano.
Respecto a la crisis que afronta la Unión Europea (UE), el primer ministro italiano, Mario Monti, dijo que Alemania y otros países finalmente se convencerán de que la emisión de bonos comunes de la Zona Euro es una herramienta útil para abordar la crisis de deuda del bloque.
“Creo que tenemos suficientes argumentos para convencer a los alemanes”, declaró ayer al canal Euronews en una entrevista
Monti dijo que Alemania debería entender que es mejor emitir deuda de forma conjunta como un “acto deliberado y consciente en lugar de aplicar una medida tardía y de alguna manera forzada con la compra de bonos de países en dificultades por parte del Banco Central Europeo”.
Ayer una encuesta realizada en Alemania reveló que uno de cada dos alemanes cree que le iría mejor sin el euro.
El estudio publicado ayer en el dominical Bild am Sonntag indicó que un 46 % de los consultados por el instituto Emnid está convencido de que la primera potencia económica europea marcharía mejor sin la Unión Europea (UE) y sin su moneda única.
El 45 % es de la opinión contraria. El 60% no cree que el bloque europeo vaya a desmoronarse, pero un 33% está convencido de ello. Además, el 75% se considera antes alemán que europeo.
El estudio contrasta con otro realizado por la misma empresa, según el cual la mayoría de los alemanes sigue confiando en el futuro del euro pese a la crisis.