Ecuatorianos compraron este fin de semana gran cantidad de productos de primera necesidad en Ipiales. Foto: Francisco Espinoza/ EL COMERCIO.
El anuncio de ampliación de las salvaguardias y de nuevos tributos, que se aplican desde marzo pasado, impulsa a más ecuatorianos a cruzar la frontera norte en busca de productos a mejor precio.
Los visitantes que concurren a laciudad de Ipiales, en el sur de Colombia, hoy lo hacen diariamente.
Antes, lo hacían mayoritariamente de viernes a domingo, asegura Harold Delgado, presidente de la Cámara de Comercio de Ipiales (CCI).
Además, se observa un cambio en las preferencias de los consumidores ecuatorianos en los últimos meses.
Hasta el año pasado había una alta demanda por adquirir aparatos tecnológicos como televisores, computadores y celulares. Sin embargo, eso se ha ido modificando luego de la imposición de las salvaguardias, en vigencia desde marzo del año anterior y cuyo desmonte se aplazó hasta marzo del 2017.
Si bien la tendencia por adquirir artículos tecnológicos se mantiene, ahora entre las compras que realizan los ecuatorianos es cada vez más frecuente que se incluyan productos de la canasta básica, señala Delgado. “Los hogares no necesitan comprar todos los días televisores, neveras, lavadoras, pero sí productos de primera necesidad”, indicó.
El fenómeno tiene relación con la constante depreciación del peso colombiano frente al dólar (el pasado viernes cerró a 3 059 pesos). Por esta razón, el cuencano José Suin, radicado en Ibarra (Imbabura), ahora visita la urbe colombiana al menos una vez al mes. Durante el último feriado aprovechó para comprar víveres para el hogar. Con un coche cargado de alimentos, pañales, papel higiénico… recorría el sábado pasado los pasillos del centro comercial Gran Plaza Ipiales.
Artículos como pañales desechables, los consigue a mitad de precio, de los que encuentra en Ecuador. El año anterior, en cambio, adquirió una computadora, una bicicleta, llantas y medicinas.
La masiva presencia de ecuatorianos en Ipiales ha generado un aumento en las ventas diarias de los pequeños negocios. Las ventas pasaron de unos USD 325 000 a 423 518, según cálculos de la CCI, entre marzo del año pasado a igual mes de este año.
Un estudio de la Cámara de Comercio de Ipiales evidenció que cada fin de semana llegan entre 20 000 a 30 000 visitantes ecuatorianos.
En el último feriado, el Departamento colombiano de Nariño, fue uno de los destinos al que se dirigieron centenares de ecuatorianos. Incluso, el Puente Internacional de Rumichaca, principal nexo terrestre entre los dos países, lució congestionado en horas de la mañana y la noche.
En la ciudad ecuatoriana de Tulcán, en Carchi, los comerciantes locales aspiran a que el Gobierno extienda la vigencia de la “canasta comercial”, que fenece el 12 de junio.
De este mecanismo, que busca reactivar la deprimida actividad comercial del Carchi, se han beneficiado entre 900 a 1 000 comerciantes, mencionó Bayardo Martínez, director de la Cámara de Comercio de Tulcán.
Se trata de 49 productos que han ingresado al país los comerciantes carchenses desde Colombia, exonerados de aranceles y salvaguardias. Según el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae), entre los principales productos que han ingresado bajo este sistema están: televisores, impresoras, computadoras, monitores, en ese orden. “Como se dilataron por un año las salvaguardias, igualmente, la canasta comercial debe extenderse por ese mismo período”, señaló Martínez.
En una cita entre representantes del sector comercial del Carchi y representantes del Gobierno, efectuada a inicios de mayo, los comerciantes pidieron aumentar de 49 a 170 subpartidas arancelarias. Sin embargo, Martínez aseguró que hasta ahora no reciben ninguna respuesta.
La medida de la canasta comercial estaba diseñada para que los comerciantes vendan en los almacenes del Carchi al consumidor final. Pero Julia Arteaga, del Centro Comercial Popular de Tulcán, dijo que por la situación económica adversa solo ofrecen el servicio para legalizar el ingreso de la mercadería a los ecuatorianos que cruzan la frontera con bienes adquiridos en Ipiales.
Citó como ejemplo, que por un televisor de 42 pulgas, que en Colombia cuesta USD 500, el cliente debe pagar un valor igual por la salvaguardia y otros impuestos. Además, se debe cancelar USD 100 al negociante como pago de una especie de comisión.