Los anuncios del Gobierno sobre nuevas regulaciones a las operadoras de celulares empiezan a preocupar a los dueños de negocios dedicados a la venta de recargas para celulares y de llamadas telefónicas en cabinas. Esto porque el margen de ganancia en los locutorios y en la venta de recargas es mínimo.
La semana pasada, el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) emitió una resolución señalando que a partir del 2 de febrero próximo las recargas no tendrán fecha de vencimiento. A esto se suma el anuncio del presidente de la República, Rafael Correa, que en su cadena sabatina dijo que se debería igualar los costos de interconexión. Sobre este último tema, las operadoras aún no se han pronunciado.
En el país hay 15,4 millones de líneas activas de celulares, según los datos de la Superintendencia de Telecomunicaciones. Además existen 117 000 cabinas o locutorios de uso público.
En los sitios consultados por este Diario, los comerciantes afirmaron que su utilidad es mínima por la venta de recargas. Para ellos, las operadoras obtienen el mayor porcentaje de ganancias.
Por ejemplo, Víctor Morejón, propietario de un bazar en la calle Roca, en el norte de Quito, adquirió el año anterior un equipo para realizar recargas (teléfono de base) a un precio de USD 112. Adicionalmente debe cancelar USD 12,50 cada mes para mantener la línea activa. También debe destinar un capital para comprar las recargas a la operadora.
“Si quiero ganar USD 5 debo vender al día USD 100 en recargas”, dijo Morejón.
Leonardo Chávez, propietario de un local de cabinas en el centro de Quito, señaló además que se está reduciendo el negocio de alquilar teléfonos para llamadas, debido a que hay más gente con celular que prefiere hacer recargas en sus teléfonos. “En las cabinas tenemos una comisión del 40% en las llamadas, pero se pierde porque invertimos USD 2000 mínimo en instalar los equipos”.
Los propietarios de estos negocios temen que la gente utilice menos sus servicios cuando entre en vigencia la resolución para que las recargas no caduquen.
La razón es que las promociones de las operadoras pudieran desaparecer del mercado. “Cuando hay las promociones de Movistar de 2×1 ó 3×1, la gente compra más recargas”, explicó Vicky Pacheco, propietaria de un locutorio en el valle de Los Chillos.
Asimismo, el dueño de otro local en el centro de Quito, que pidió no ser citado, explicó que al bajar los costos de interconexión la gente ya no llamará de las cabinas porque preferirá su celular. Esto porque los usuarios buscan una cabina para no gastar su saldo cuando las llamadas son a operadoras diferentes. “De por sí ganamos poco, ahora será peor”.
Sin embargo, los usuarios tienen otra visión sobre el tema y creen que saldrán beneficiados. Maryorie Vallejo, profesora universitaria, dijo que las operadoras nacionales cobran un precio elevado por la interconexión con las otras operadoras y los usuarios deben pagan por necesidad.