El covid-19 afectó el desarrollo cognitivo y los ingresos a lo largo de la vida de los niños y los jóvenes. Así señala el primer análisis de datos mundiales sobre personas que tenían menos de 25 años al inicio de la pandemia, hecho por el Banco Mundial.
El documento, presentado este 16 de febrero del 2023, señala que la pandemia destruyó el capital humano en los momentos críticos del ciclo de la vida. Afectó a millones de niños y jóvenes en los países de ingreso bajo y mediano.
Esto pone en peligro el bienestar de generaciones y el crecimiento de las economías de los países, señala el informe Colapso y recuperación: Cómo la covid‑19 erosionó el capital humano y qué hacer al respecto.
El capital humano, que son los conocimientos, las habilidades y la salud, que acumulan las personas a lo largo de su vida, es clave para desplegar el potencial de los niños. Eso ayuda a los países a lograr una recuperación resiliente y un crecimiento sólido.
Impacto en niños y jóvenes
En este documento se analizan datos mundiales sobre los impactos de la pandemia en la primera infancia (de 0 a 5 años), la edad escolar (de 6 a 14 años) y la juventud (de 15 a 24 años).
Y se llega a la conclusión que los estudiantes de hoy podrían perder hasta el 10% de sus ingresos futuros debido a las crisis educativas provocadas por el covid-19. El déficit cognitivo en los niños pequeños del presente podría traducirse en una disminución del 25% en los ingresos cuando sean adultos.
La pandemia provocó el cierre de escuelas y lugares de empleo e interrumpió otros servicios que protegen y promueven el capital humano. Se refiere a atención de la salud materno-infantil y la capacitación laboral.
“Los cierres de escuelas, los confinamientos relacionados y las disrupciones en servicios durante el curso de la pandemia han sido una amenaza que podría destruir décadas de avance en la generación de capital humano”, dijo David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
Las políticas específicas para revertir las pérdidas de aprendizaje, salud y habilidades básicas -agrega- son fundamentales para no poner en peligro el desarrollo de varias generaciones.
Los países deben trazar un nuevo rumbo para aumentar las inversiones en capital humano. De esa forma se ayuda a los ciudadanos a ser más resilientes ante las amenazas de las crisis sanitarias, los conflictos, el crecimiento lento y el cambio climático, agregó Malpass.
Los menores de edad preescolar
Debido a la pandemia, los niños en edad preescolar de varios países perdieron más del 34% del aprendizaje en lengua y alfabetización tempranas. Además, más del 29% del aprendizaje en matemáticas, en comparación con datos anteriores a la pandemia.
En muchos países, incluso después de la reapertura de las escuelas, la matriculación preescolar aún no se había recuperado para fines de 2021. En varios casos, se mantenía en más de 10 puntos porcentuales por debajo de lo normal. Los niños también sufrieron una mayor inseguridad alimentaria durante la pandemia.
En niños de edad escolar
En los niños en edad escolar, en promedio, por cada 30 días de cierre de escuelas, perdieron alrededor de 32 días de aprendizaje. Esto se debe a que los cierres y las medidas ineficaces de aprendizaje a distancia hicieron que los estudiantes no aprendieran e incluso olvidaran los conocimientos que ya habían adquirido.
En los países de ingreso bajo y mediano, casi 1 000 millones de niños perdieron al menos un año completo de educación presencial debido al cierre de las escuelas, y más de 700 millones perdieron un año y medio.
En consecuencia, la pobreza de aprendizajes -que ya era del 57% antes de la pandemia- aumentó aún más en estos países. Se estima que el 70% de los niños de 10 años no puede comprender un texto básico.
Impacto en el empleo juvenil
El covid-19 golpeó duramente al empleo de los jóvenes. A fines de 2021, 40 millones de personas que habrían tenido un empleo en condiciones normales (sin pandemia) no lo tenían.
Los ingresos de los jóvenes se contrajeron un 15% en 2020 y un 12% en 2021. Los nuevos participantes con menor nivel de educación tendrán ingresos un 13% menor durante sus primeros 10 años en el mercado laboral.
La oportunidad para abordar los retrocesos en la acumulación de capital humano es pequeña. Las brechas registradas en las primeras etapas del ciclo de vida tienden a ampliarse con el tiempo. Si no se adoptan medidas urgentes, la pandemia también amenaza con profundizar la pobreza y la desigualdad.
Opciones para la recuperación a corto plazo
A corto plazo, en el caso de los niños pequeños, los países deben apoyar campañas específicas de vacunación y suplementos nutricionales. También, aumentar el acceso a la educación preescolar y ampliar la cobertura de las transferencias monetarias para familias vulnerables.
En niños en edad escolar, los gobiernos deben mantener las escuelas abiertas y aumentar el tiempo de instrucción. Asimismo, evaluar el aprendizaje y ajustar la instrucción a los niveles de los estudiantes y simplificar el plan de estudios para centrarse en los conocimientos fundamentales.
Para los jóvenes, son cruciales el apoyo dirigido a la capacitación adaptada, la intermediación laboral, los programas de emprendedores y las nuevas iniciativas orientadas a la fuerza de trabajo.
Recuperación a largo plazo
A largo plazo, los países deben crear sistemas de salud, educación y protección social ágiles, resilientes y adaptativos que estén mejor preparados para las crisis actuales y futuras y puedan responder a ellas.
“Las personas que hoy tienen menos de 25 años, es decir, las más afectadas por la erosión del capital humano, conformarán más del 90% de la fuerza laboral en plena edad productiva en 2050. Lo dijo Norbert Schady, economista en jefe de Desarrollo Humano del Banco Mundial y uno de los autores principales del informe.
“Revertir el impacto de la pandemia en ellos e invertir en su futuro deberá ser una de las principales prioridades de los Gobiernos. De lo contrario, no solo representarán una generación perdida, sino varias generaciones perdidas”, agregó.
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