Al mediodía de ayer Flavio Cacuango manejaba un Hyundai Santa Fe color vino por la av. 10 de Agosto, en Quito. Cuando superó los 50 kilómetros por hora un sonido le alertó que estaba sobrepasando el límite de velocidad.
Desde el 1 de julio, la Policía arrancó los operativos de control de los rangos de velocidad en zonas urbanas y rurales, establecidos en el artículo 191 del Reglamento a la Ley de Tránsito. Esto devino en el aparecimiento de un nuevo mercado: los dispositivos para alertar al conductor que está sobrepasando los límites.
Uno de estos equipos, precisamente, está instalado en el auto Santa Fe que conducía Cacuango. La firma Hunter, a través de su servicio Hunter Km, se encargó de instalar un dispositivo que genera una alerta auditiva.
Galo Iturralde, gerente de proyectos y seguridad de la información de la empresa, explicó que apenas se conoció que se iban a realizar controles con radares decidieron desarrollar el servicio.
“Lo estamos ofreciendo al público desde hace un mes. Tiene un costo anual de USD 27, más el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Pero, para instalar el dispositivo es necesario contar con el sistema Hunter Monitoreo. El básico cuesta USD 480 el primer año. El de tipo corporativo asciende a un total de USD 800”.
La demanda del servicio, aunque aún no se ha contabilizado, va en aumento. Lo mismo ocurre con el mecanismo de alerta que ofrece Rastroseguro, una compañía que cuenta con alrededor de 700 clientes a escala nacional, principalmente corporativos.
“Se instala un dispositivo y mediante un sistema se programa una velocidad determinada a la que debe avanzar el automotor, discriminada por zonas. La información de ubicación y velocidad que emite el dispositivo se envía a un sistema. Mediante mensaje de texto o correo electrónico se manda una alerta cuando el conductor sobrepasa los límites fijados”, señaló Eduardo Dávila, propietario de la empresa de rastreo.
Otras compañías como CGB ofrecen sistemas de alerta de exceso de velocidad de forma similar, sin embargo su servicio está orientado al control de flotas, es decir, a vehículos de compañías. GPS Track también cuenta con un servicio similar, aunque ofrece, además, una alarma que suena cuando se sobrepasa un determinado límite de velocidad.
“Es un aviso sonoro. Tenemos algunos clientes, corporativos, que ya lo están usando. Estamos ofreciendo este servicio desde hace un año aproximadamente. También analizamos la posibilidad de masificarlo”, indicó Boris Jaramillo, gerente general de GPS Track.
Quien también revisa la comercialización de dispositivos para alertar al conductor es José Luis Albán, propietario del local System Accesorios, ubicado en La Y, en el norte de la ciudad.
“Decidí arriesgarme a traer desde Miami 100 dispositivos de este tipo. Esperamos que lleguen en 15 días. Es algo pequeño porque no sabemos cómo reaccionará el mercado. No estamos seguros de la demanda del público”.
Se prevé que estos tengan un costo desde USD 120. El precio es alto por el arancel fijado sobre este producto, que llega al 30%. Además, los importadores deben competir con quienes ofrecen a través de Internet equipos o sustancias para evadir los radares.
Con ello coincide Zaid Corral, propietario del grupo Corcel, que comercializa equipos de seguridad vial. Para él, lo ideal es que los autos cuenten con informadores de velocidad y/o tacógrafos (estos últimos permiten registrar los datos sobre las velocidades).
El drama de perder a un hijo en las vías le impulsó a trabajar por la seguridad vial y crear, incluso, el proyecto de Ley de Implementación Obligatoria de Tacógrafo. Ahora está en proceso de importación de alertas visuales y auditivas, que indiquen si se está sobrepasando los límites de velocidad.
Traerá 5 000 informadores de velocidad, cuyos precios en el mercado están por definirse.
“Estoy a la expectativa que se empiecen a vender estos aparatos. Es molesto ver el velocímetro todo el tiempo y, además, no quiero problemas con la Policía”, indicó Diego E. un conductor que desea instalar una de las alarmas de velocidad en su automotor.
Los equipos ilegales
En Internet se comercializan dispositivos antirradares cuyos costos van desde USD 80 hasta USD 400. Se los encuentra en marca Cobra o Spectra.
El mayor Washington Martínez, jefe de operativos de tránsito, señaló que estos dispositivos son un engaño para la ciudadanía pues no cubren toda la onda del radar. Con respecto a los espráis reflectores en placas indicó que no tienen nada que ver con la señal radárica pues esta apunta al vehículo entero no a la placa.
El artículo 118 del Reglamento de la Ley de Tránsito dice que quien use aparatos para evadir controles tendrá una multa del 30% del Salario Básico y seis puntos menos en su licencia.
[[OBJECT]]