Las compañías que dependen de las tres grandes agencias calificadoras (Moody’s, Fitch Ratings y Standard & Poor’s) se verán obligadas a buscar opiniones de otras firmas más pequeñas, de acuerdo con los planes que la Unión Europea busca implementar para incrementar la competencia.
Michel Barnier, comisionado de Mercado Interno de la Unión Europea, revelaría el 15 de noviembre las nuevas reglamentaciones que exigen la “rotación” de agencias.
Una ronda de consultas inicial indicó que las firmas tendrían que cambiar de agencia cada nueve años, ahora serían tres.
Eso se ha endurecido porque resulta difícil mejorar la competencia estableciendo una nueva agencia calificadora.
Según el borrador, “esta regla de rotación mitigaría los conflictos de interés relacionados con el modelo actual” en el que los emisores de instrumentos financieros solicitan una calificación a una agencia. Las autoridades no están de acuerdo en que las agencias reciban un pago de las compañías a las que califican, pero hay muy pocas alternativas.
Fuentes consultadas del sector exponen que la rotación de agencias podría cambiar “las reglas del juego” y obligar a las compañías a cambiar de agencia antes de que la nueva reglamentación cumpla un año.