Nayib Bukele, de 37 años, se presentó bajo la bandera celeste de la Gran Alianza por la Unidad Nacional. Foto: AFP
El popular exalcalde Nayib Bukele se convirtió este domingo 3 de febrero del 2019 en el presidente electo de El Salvador al ganar en la primera ronda electoral, con lo cual rompió el bipartidismo de derecha e izquierda, desgastadas por la corrupción y la persistente violencia de las pandillas.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Julio Olivo, declaró que el resultado favorable a Bukele es “irreversible”, con 87,67% de las actas contadas, que dan al exalcalde 53,78% de los votos tabulados.
Para ganar en primera ronda Bukele, un carismático político de 37 años que se presentó bajo la bandera celeste de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana, conservadora), requería la mitad más uno de los votos.
Sus dos principales rivales en la contienda, el empresario derechista Carlos Calleja y el excanciller izquierdista Hugo Martínez, del gobernante reconocieron el triunfo de Bukele en la primera vuelta.
“En este momento podemos anunciar con plena certeza que hemos ganado la presidencia de la república de El Salvador en primera vuelta”, declaró Bukele ante simpatizantes en un hotel capitalino.
“Es una victoria del pueblo salvadoreño, hoy ganamos en primera vuelta y hemos hecho historia”, expresó Bukele, quien llegó a la votación como favorito en todas las encuestas.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, felicitó a Bukele en su cuenta en Twitter.
“Felicitamos a nayibbukele por su histórico triunfo en primera vuelta. Celebramos su propuesta de un nuevo capítulo para El Salvador. Y saludamos la madurez política de los candidatos contendientes al aceptar su victoria”, consignó Almagro.
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, también le envió por Twitter un saludo a Bukele por su victoria.
Tras proclamar el triunfo de su partido, el conservador Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), Bukele celebró en la plaza Francisco Morazán, en el centro de San Salvador.
Adiós al bipartidismo
“Reconocemos los resultados de estas elecciones. Vamos a llamar al presidente electo para desearle suerte para enfrentar los desafíos en este país”, dijo sobre el resultado Calleja, candidato de la coalición de cuatro partidos de derecha liderados por la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y segundo en la votación según los resultados preliminares con 31,62% de los apoyos.
Poco antes lo había reconocido Martínez, que resultó tercero en la contienda (13,77%).
Arena gobernó El Salvador entre 1989-2009, mientras que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que se transformó en partido político con el fin de la guerra civil en 1992, lo había hecho desde 2009 a la fecha.
El FMLN llegó al poder en 2009 con el expresidente Mauricio Funes, y seguidamente en 2014 con el ahora saliente presidente Salvador Sánchez Cerén.
La victoria de Bukele representa entonces un duro golpe al bipartidismo reinante tras el fin de la guerra civil de 12 años en 1992, que acabó mediante la firma de acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla. Esta fue la sexta elección presidencial desde entonces.
Tanto el Tribunal Electoral como observadores internacionales coincidieron en señalar que la jornada electoral transcurrió en un clima de normalidad. Estaban llamados a votar poco más de 5,2 millones de personas.
Inseguridad, la prioridad
En su gobierno, Bukele deberá pactar una alianza para poder gobernar con la derecha que domina el actual Congreso, en funciones hasta 2021.
También deberá atender el ya viejo problema de las violentas pandillas, que extorsionan a la población y fueron responsables de la mayoría de los 3 340 homicidios cometidos en 2018 en El Salvador, un país con una tasa de 51 muertes por cada 100 000 habitantes.
En el pasado, gobiernos de derecha apostaron por la represión o negociaron en secreto con las pandillas.
La izquierda, en tanto, con el expresidente Mauricio Funes (2009-2014), alentó una tregua entre las dos principales pandillas que redujo temporalmente los homicidios.
Cada año miles de salvadoreños emigran por la violencia y la falta de empleo.
Bukele deberá enfrentar también el lento crecimiento de una economía dolarizada que en los últimos cinco años no ha logrado llegar al 3% de crecimiento anual.
“El Salvador necesita más fuentes de trabajo, y más seguridad en cada esquina”, exigió este domingo Daniel Morales, un estudiante universitario de 24 años, antes de emitir su voto.