La Paz. Reuters
Aunque está lejos de ser uno de los más brillantes del mundo, el fútbol de Bolivia ha atraído a tantos jugadores extranjeros que podrían formarse tres equipos con quienes adoptaron la nacionalidad boliviana para defenderla en eliminatorias mundialistas y torneos regionales o continentales.
Los jugadores naturalizados han sido una constante en la selección boliviana de fútbol, ya que suman 36 en cuatro décadas, de los cuales 29 eran argentinos. De hecho, Bolivia es la que más argentinos nacionalizó en la historia del fútbol.
Los goleadores Juan Américo Díaz y Juan Farías, integrantes de la selección boliviana que estuvo a punto de clasificar al Mundial de México 1970, habían nacido en Argentina.
Del mismo origen eran tres titulares del único equipo boliviano que logró una clasificación directa a un Mundial, el de 1994 en Estados Unidos.
Allí jugaron los argentinos Luis Cristaldo, quien ostenta el récord de participaciones en la selección boliviana con casi 100 partidos disputados; el arquero Carlos Trucco (luego director técnico de Bolivia en 2003) y Gustavo Quinteros, actual entrenador del Bolívar.
Otro argentino que se nacionalizó para jugar en la selección fue Fernando Ochoaizpur, quien fue subcampeón de América con Bolivia en 1997.
“Sonó el teléfono de mi casa y era el presidente (Gonzalo) Sánchez de Lozada que me llamaba para hacer las gestiones (de la nacionalización)”, narró Ochoaizpur, quien tuvo que aprenderse el himno boliviano en tiempo récord para poder optar por dicha nacionalidad.
Curiosamente, la selección boliviana que participa de las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010 no tiene argentinos naturalizados, pero sí un paraguayo y un brasileño: Pablo Escobar y Alex Da Rosa.
Escobar podrá vivir la experiencia de jugar contra su país de origen cuando Bolivia, que pasa por una de sus peores campañas, visite el sábado a Paraguay.
“Es raro, porque yo me crié en Paraguay. Mi familia está allí y hasta cuando yo tenía siete años pensaba en jugar con la selección paraguaya”, confesó Escobar, volante del Santo André de Brasil.
“Nunca me imaginé que todo iba a cambiar como sucedió, pero sí tengo en claro que yo defiendo a Bolivia, lo hago con mucha ilusión, ganas y orgullo de defenderla, sabiendo que solamente es un partido de fútbol”, agregó.