Los cantantes del coro que se presentará en Quito practican dos veces por semana. Foto: Fotos: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO.
En diciembre, cuando el padre Jhan Wilson Morales supo que el Papa podría llegar al Ecuador, llamó a la Conferencia Episcopal para confirmarlo. Entonces estaba en Argentina, en sus estudios de dirección coral y orquestal, en la Universidad Nacional de La Plata.
Aunque no había nada confirmado, debía estar pendiente. Él era el llamado a montar el coro que recibiría a Francisco y lo acompañaría en las misas en Quito y Guayaquil. La llamada llegó el 5 de mayo, a las 13:00. Tuvo menos de 10 horas para preparar las maletas y salir al aeropuerto, rumbo a Ecuador.
Lo primero era convocar a una audición y lo hizo a través de Facebook. Carlos Alberto Rodríguez, de 17 años, vio el llamado, cuando llegó a Ecuador, desde Venezuela. “Yo siento que Dios me trajo en el momento exacto para poder seguirle sirviendo mediante mi voz”. Él es tenor y fue elegido.
Cerca de 600 personas audicionaron el 14 y 15 de mayo, en el Colegio Santo Domingo de Guzmán. Ocho músicos y directores ayudaron en la selección y se tomó en cuenta no solo el talento –el 80% de elegidos tiene formación musical– sino también que sean “personas de iglesia”; que compartan las actividades de la comunidad.
El coro tendrá 200 miembros, ahora practican 235 cada martes y jueves, en el Seminario Mayor San José, en Quito. El grupo es más grande, porque se consideró que algunas personas pueden enfrentar un imprevisto y dejar el coro.
Pero todos los coristas anhelan cantar al Santo Padre. Elizabeth Ortiz viaja desde Cuenca (nueve horas) para los repasos. El cansancio es lo de menos para la cantante de ópera del Conservatorio Superior José María Rodríguez. “He sentido la acogida de Iglesia. Me han recibido como en familia”.
Empezó su vida misionera a los 14 años, cuando murió su hermano. Confiesa que llegó a la iglesia de María Auxiliadora, en Cuenca, en busca de ayuda, pero terminó ayudando a otros.
Andrea Bonilla, de 30 años, en cambio, viaja desde Latacunga. Le había prometido a la Virgen de Guadalupe que le cantaría, como agradecimiento. Hace seis años salió con bien de un embarazo de riesgo.
Ella participó en la grabación de un CD de la visita, que ya suena en diferentes iglesias. La idea es que los fieles se familiaricen con las canciones.
Está previsto que se canten 16 temas conocidos, como el Aleluya o Cordero de Dios. Pero también el himno oficial de la visita del Papa, compuesto por monseñor Aníbal Nieto, de Yaguachi. Los coristas actuarán con toga blanca y un distintivo amarillo, los colores del Vaticano.
Hernán Huerta, Nicole Badaraco, Catalina Sánchez y Steven Morán tocarán en Guayaquil. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO.
El coro para los actos que presidirá el Papa en Guayaquil, el 6 de julio, tendrá 200 personas. El 60% son mujeres. En el 2° piso de la iglesia María Rosa Mística, en Sauces 8, cantantes de 12 a 60 años se juntan con especial motivación, de lunes a viernes, de 18:00 a 21:00.
Francisco Cedillo es el director del Coro Canticum Deum, que consta de coro, banda y orquesta de cámara. Explica que en la selección se plantearon tres requisitos: la voz, el compromiso con la iglesia como cantante o músico y conocimientos básicos en liturgia.
Para la visita de Francisco al Puerto Principal se han formado tres coros, explica Cedillo. El primero es de 17 niños y seis músicos de orquesta de cámara, que recibirán al Papa con el himno de bienvenida en el Santuario del Señor de la Divina Misericordia. Son dirigidos por Alejandra María Huerta.
El segundo es el Coro de la Asamblea, que interpretará los cantos y ayudará en las respuestas de la eucaristía, en Samanes. Lo dirige Adriano Calderón, del Ministerio de Música Sacramento, y tiene 25 voces.
El tercero es el Coro Polifónico, con 170 voces, 22 músicos de la Orquesta de Cámara y ocho de la banda del Grupo Arcanos, dijo Cedillo, del Movimiento de Música Sacra Canticum (Un canto para Dios). Destaca la pluriculturalidad del coro, que cuenta con voces indígenas, afro, mestizas, blancas, cholas, montuvias de Guayaquil, Milagro, Durán, Daule, Palestina, Santa Lucía y Nobol.
César Paredes, coordinador del ensamble musical, destaca el profesionalismo de los músicos y su entusiasmo y predisposición para que la presentación sea de alto nivel. Hay músicos de la Orquesta Sinfónica, de orquestas juveniles, de academias musicales, etc.
La experiencia en el grupo la pone Rodrigo Sánchez. Tiene 56 años y es músico desde los 10. Es integrante de la Orquesta Sinfónica. “Tocar (el contrabajo) para el Papa será una oportunidad única en la vida. Para mí es algo tan especial”.
Según Cedillo, en Guayaquil el Himno Bienvenido Francisco se cantará en kichwa y la Misa de Angelis, en latín. Otros cantos se harán en español.
El 7 de junio, el coro cantó en la misa del Santuario del Señor de la Divina Misericordia. Su última actuación pública antes de la misa papal será el 28 de junio, en la iglesia San Miguel Arcángel de Sauces I, a las 10:30.
Entre el 3 y 5 de julio realizarán un ensaño sobre la tarima que ocuparán en Samanes.