La reunión del proceso de paz con las FARC se organizó en Madrid por el Foro España Internacional. Foto: EFE
El vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, aseguró este viernes 16 de marzo del 2018 que el proceso de paz con las FARC es “irreversible”, desarrollado con “plenitud democrática”, y negó que se base en la “impunidad”, pues 38 magistrados de la jurisdicción especial estudian los casos de 6 900 excombatientes.
Preguntado por las próximas elecciones presidenciales de mayo y el posible ganador, Naranjo consideró que existe una “resistencia” de la población colombiana a regresar a la violencia, según dijo en un coloquio organizado en Madrid por el Foro España Internacional.
El dignatario pidió a los líderes políticos que “lean bien esa intolerancia cada vez mayor hacia la guerra y el conflicto“, al ser preguntado por le candidato uribista Iván Duque, aunque Naranjo evitó personalizar.
Naranjo constató que el deseo de “hacer trizas” el acuerdo de paz no aparece ya en el discurso político más radical.
Sobre las negociaciones con el ELN, el Vicepresidente de Colombia exigió a sus dirigentes “coherencia” y que demuestren con “hechos” la voluntad de paz expresada con palabras. Naranjo también agradeció el “acompañamiento de España” en la búsqueda de y consolidación de la paz.
El ministro español de Exteriores, Alfonso Dastis, que lo presentó, valoró su “inteligencia” y su “vocación de voluntad de servicio público”. Resaltó y renovó el compromiso “inquebrantable” de España con la paz en Colombia.
“Buscamos la paz, la hicimos y ahora toca construirla, y aquí recurrimos a nuestros aliados y amigos en España”, replicó Naranjo.
El acuerdo con las FARC fortalece la “institucionalidad democrática”, aseguró el funcionario, y citó las elecciones legislativas del pasado domingo 11 de marzo del 2018. Las primeras elecciones en paz tras cinco décadas y con mayor número de candidatos.
Naranjo justificó que las FARC tengan reservados un pequeño puñado de asientos en el Parlamento transitoriamente por la “conversión de las balas en votos”, abandonar las armas y hacer política.
El Vicepresidente colombiano mencionó en su cuenta de Twitter que “En los 80 y los 90 veníamos a España a hablar de cómo ganar la guerra, en medio de un pronóstico cercano al Estado fallido. Hoy, representando a 50 millones de colombianos, tengo el privilegio de contar al mundo que no claudicamos y que hoy venimos a hablar de cómo construir paz”. Foto: EFE
Tras 53 años de guerra, el mandatario admitió que persisten otros conflictos “no armados”, de tipo social, que no se pueden negar y para acortar la brecha de desarrollo entre las ciudades y las zonas rurales.
El Vicepresidente colombiano también evocó la memoria de las decenas de miles de muertos en el conflicto. “Su luz y sacrificio nos obligan”, enfatizó.
Sobre el crimen organizado, Naranjo apuntó a “señales de querer someterse a la Justicia”. El Gobierno ha preparado un proyecto de ley para facilitar que la Fiscalía prepare imputaciones “colectivas” al amparo del Derecho Penal ordinario.
Campos de coca
El funcionario dijo que ahora, tras el conflicto, se abre una enorme oportunidad para que 123 000 familias los sustituyan por cultivos legales.
La valoración de la lucha contra las drogas y el narcotráfico no puede basarse solo en una “valoración aritmética”, pidió el Vicepresidente , sino en un “sistema multidimensional” de decisiones políticas del Estado, las instituciones, los presupuestos, el desarrollo sostenible y la relación entre lucha contra las drogas y la gobernabilidad democrática.
Venezuela
Naranjo indicó que Colombia no es partidaria de una intervención militar, sino de una solución “democrática no traumática“. Defendió también Naranjo que la estrategia de “sanciones económicas” para grupos o personas específicas, “no embargos generales”.
El Vicepresidente valoró el “profesionalismo, corrección, prudencia y firmeza” de las fuerzas colombianas frente a las “provocaciones” venezolanas en la frontera entre ambos países.
Sobre los venezolanos emigrados “desesperados” a Colombia, Naranjo consideró que es una situación de “crisis humanitaria” y apreció el apoyo de los organismos internacionales.