Los electores suizos aprobaron por una ajustada mayoría del 50,3% limitar la entrada de inmigrantes, principalmente de la Unión Europea, en un referendo celebrado el domingo 9 de febrero, según resultados oficiales.
Además del voto popular, una mayoría de los 26 cantones suizos votó en favor de la propuesta “Fin a la inmigración masiva”, condición indispensable para que triunfara el “sí”.
Planetada por el partido de extrema derecha, la Unión Democrática de Centro (UDC), también restablece el principio de la preferencia por el trabajador nacional frente al extranjero, que se encontraba abolida para todos los trabajadores procedentes de alguno de los países de la Unión Europea.
Este resultado hará inevitable una renegociación del acuerdo bilateral entre Suiza y la UE sobre la libre circulación de personas, en vigor desde 2002 y que se aprobó también en un referéndum dos años antes.
La pregunta que se hacen en las últimas horas todos los comentaristas políticos y representantes de los medios económicos es cuál será la reacción de Bruselas y se teme que decida renegociar el paquete completo de acuerdos que regulan sus relaciones con Suiza.
Esto implicaría cambios no sólo en el ámbito migratorio, sino también en las relaciones económicas, comerciales y políticas en general entre la Confederación Helvética y el bloque comunitario.