El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, tendrá que rendir cuentas al Congreso y quizás renegociar con Estados Unidos el acuerdo militar que permitía el uso de siete bases en su territorio.
Este acuerdo fue declarado ilegítimo por no haber sido analizado por el Legislativo.
La Corte Constitucional determinó que el acuerdo, que hace un año levantó una fuerte polémica en la región, tiene en realidad las características de un tratado internacional, y por ello requiere de la aprobación parlamentaria, paso que el anterior gobierno de Álvaro Uribe había eludido.
El gobierno de Santos, que asumió el pasado 7 de agosto, declaró que acata el fallo y que estudiará detalladamente la decisión, pero hasta ahora ha sido prudente en anunciar qué pasos tomará.
“En estos momentos dicho pronunciamiento no tiene un impacto directo. El número de efectivos que presta su cooperación a la fuerza pública en Colombia está circunscrito a acuerdos que ya tenían vigencia anterior. De manera que ese tratado no se había implementado hasta el momento”, dijo el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras.
En tanto, el Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó que mantendrá su “cercana cooperación” con Colombia y el portavoz Philip Crowley indicó que su gobierno espera que el gobierno colombiano “tome los pasos apropiados para asegurar que se pueda preservar el acuerdo bilateral”. Crowley señaló que “pueden existir acciones del Ejecutivo o del Legislativo para sobreponer las dudas” de la Corte.
El acuerdo, en cuya negociación participó el propio Santos como ministro de la Defensa, permitía el uso por parte de Estados Unidos de siete guarniciones militares colombianas para sus actividades antidrogas y contra el terrorismo.
El texto fue suscrito en octubre del 2009 por el entonces canciller colombiano Jaime Bermúdez y el embajador estadounidense William Brownfield, sin ser analizados por los congresos colombianos y estadounidense.
Pero la decisión de la Corte Constitucional abre ahora el debate sobre la conveniencia de ese acuerdo e incluso la posibilidad de modificar algunos de sus puntos más polémicos.