La campaña para las elecciones presidenciales de mañana en Brasil llegó al momento decisivo con la candidata del oficialismo, Dilma Rousseff, en ventaja de 14 puntos porcentuales sobre el opositor José Serra, de acuerdo a los últimos sondeos.
Si en el primer turno de las elecciones, el 3 de octubre, Rousseff quedó a apenas tres puntos porcentuales de liquidar la factura, en este segundo turno su ventaja parece prácticamente insalvable a 24 horas de la habilitación de las urnas. El instituto de encuestas Ibope atribuyó a Rousseff una ventaja de 14 puntos porcentuales sobre Serra, pero detectó también un 4% de personas que aún no decidieron su voto.
El instituto Datafolha apuntó ayer una ventaja de Rousseff de 12 puntos y Sensus de 15.
“Creo que ese escenario electoral está definido, a menos que ocurra una catástrofe política en las próximas 24 horas. Inclusive porque no logro ver en el candidato Serra una capacidad de reacción”, dijo el politólogo Carlos de Melo, del Instituto de Enseñanza e Investigaciones de Sao Paulo.
En los días previos al primer turno de las elecciones, Rousseff aparecía con una enorme ventaja en los sondeos, pero todas las encuestas fallaron en percibir la fuerza del voto religioso, que optó por la ambientalista y evangélica Marina Silva, quien quedó en tercer lugar y forzó el balotaje.
“Lo que en el primer turno se llamó el ‘factor Marina’ ahora no existe”, señaló De Melo.
El principal evento de campaña del opositor Serra, ayer, fue una caminata por el centro de la gigante Sao Paulo, sin el candidato pero encabezada por el ex presidente Fernando H. Cardoso (1995-2002). El presidente Lula da Silva se fue a la nordestina ciudad de Recife a hacer campaña por su candidata Rousseff.
Rousseff y Serra debían protagonizar anoche el último debate de televisión, en la popular Globo, con la expectativa de que reducirían el tono de los últimos debates, en particular el del lunes, cuando los candidatos se trabaron en duros intercambios de acusaciones de todo calibre.
“Es necesario admitir que esta campaña electoral ha sido un horror. Hemos tenido momentos pobrísimos, y los temas más importantes siquiera fueron mencionados”, consideró el analista.
El polémico tema del aborto, que fue apuntado como una de las razones del éxodo de votos religiosos de Rousseff a Silva en el primer turno y que parecía una discusión a superar en la segunda vuelta, volvió al orden del día después de que el Papa se refirió al tema, exhortando a los obispos brasileños a expresarse al respecto. Lula indicó ayer que el Papa “no dijo nada nuevo” al exhortar a los obispos brasileños a tener una posición firme contra el aborto, ya que ese ha sido el discurso de la Iglesia “hace 2 000 años”.
Serra usó el discurso del pontífice a su favor, en la propaganda electoral que hacía referencia indirecta a Rousseff sugiriendo que en el pasado defendió la despenalización del aborto y ahora no.
Para el director del instituto Sensus, Ricardo Guedes, la ampliación de la ventaja de Rousseff estas últimas dos semanas ocurrió porque el foco de las discusiones salió de los de aborto y religión. “La discusión emocional y de valores perdió fuerza y volvió al campo racional de los temas económicos y políticos”, que favorecen a la candidata de un gobierno que sacó a millones de personas de la pobreza y termina en una expansión económica, explicó.