Raúl Reyes era el número 2 de las FARC. Foto: AFP
Sin hallar trabajo, con un hijo de 3 años, sin dinero, sin familia cerca, escurriéndose de los servicios de inteligencia, luego de que amigos de su padre no honraran su palabra de hallarle trabajo en la Universidad Central o de gestionarle papeles para viajar a Francia, Andrea escribía a su padre un episodio fallido.
La mujer, con una maestría en Psicología Clínica de la Universidad de La Habana, se encontraba en Quito: intentaba levantar una vida por su cuenta en Ecuador y la única oferta de trabajo que recibió fue con religiosas en un poblado rural de la Costa, sin centro de salud, imprescindible para tratar las afecciones bronquiales de su pequeño, por USD 400 al mes, a tiempo completo, sin contar con un lugar para vivir.
La carta con ese mensaje, fechada el 28 de febrero del 2008, quedó en el buzón de entrada del correo de su padre, Raúl Reyes, y fue filtrada por las Fuerzas Armadas de Colombia junto con miles de mensajes de su computador, luego de que bombardearan el campamento del guerrillero en la selva de Ecuador (Angostura), el 1 de marzo del 2008.
Reyes, el segundo en el mando de la guerrilla más grande de Colombia, las FARC, encontró en Quito un puerto de enlace, tanto para la salida de guerrilleros que requerían atención médica en Cuba o que debían dirigirse a misiones, como para el arribo de invitados hasta su refugio en la Amazonía. Entre agosto y septiembre del 2000, Reyes estuvo en la capital de Ecuador. Se reunió con coidearios y utilizó el aeropuerto para salir a Brasil y regresar, antes de adentrarse en la selva. Al dar parte de su viaje al Secretariado de las FARC, dijo que había conocido a exmilitares como Lucio Gutiérrez.
“Antes de ser Presidente fui invitado a dictar conferencias. Cuando asistí al Foro Social Mundial en Porto Alegre (Brasil) había estands del ELN, de las FARC… de manera pública”, dice Gutiérrez, 16 años después. Por esos días, grupos de izquierda escuchaban a Gutiérrez luego de la insubordinación militar que en enero del 2000 derrocó a Jamil Mahuad. “Yo expuse que debemos todos los latinoamericanos hacer esfuerzos porque se logre la paz en Colombia. Entonces, es probable que… como participé de esas actividades… a lo mejor alguien de los comandantes de las FARC estuvo ahí”, sostiene Gutiérrez.
En las cartas de Reyes queda claro que en la Presidencia de Gutiérrez no hubo relaciones con las FARC, aunque la guerrilla intentó acercamientos a través de emisarios, tal como lo había hecho para llegar a ministros de Gobierno de los presidentes Gustavo Noboa, Alfredo Palacio y Rafael Correa.
Un correo de Reyes, fechado el 28 de febrero del 2008, remitido al Secretariado horas antes de su muerte, refiere un encuentro con ‘Nacho’, emisario del Gobierno de Ecuador, en el cual se habría manifestado el interés de Quito por hablar con las FARC del acuerdo humanitario, de la paz, de la liberación de Íngrid Betancourt (colombo-francesa secuestrada por la guerrilla) y del papel de Hugo Chávez.
En el 2009, José Ignacio Chauvín, exsubsecretario de Gobierno, admitió haberse reunido siete veces con Raúl Reyes. “Las FARC son mis amigas y yo lo voy a sostener, no solo lo sostuve en el 2009 que era difícil, durísimo, porque venía después de Angostura y todo el mundo me cayó encima, sino que lo hago ahora y lo haré mañana”, dice Chauvín al teléfono, desde Loja.
“Todos los gobiernos de Ecuador, en algún momento, se reunieron con las FARC, de izquierda y de derecha”. Chauvín fue identificado como Nacho en los correos. ¿De qué habló con Reyes? “Hablábamos de cómo podía llegarse a la paz y una cosa fundamental era la liberación de los detenidos de guerra y eso influyó muchísimo para que sea asesinado. Vea a quién agradece (el soldado Pablo Emilio) Moncayo cuando es liberado (por las FARC, el 2010) después de la muerte de Raúl Reyes. Las FARC tienen palabra”.
Desde el 2003, Reyes se instaló en el Putumayo, frontera con Ecuador, para fortalecer la actividad política y negociar el canje de secuestrados por guerrilleros presos en Colombia. En sus campamentos recibió a coidearios, políticos, exmilitares y periodistas. Y trató con académicos y sindicalistas para acercarse al Gobierno y a embajadas de Europa. En esas misiones contaba con dos guerrilleros de primera línea: Rodrigo Granda (el canciller) y Nubia Calderón, instalados en Quito.
Los visitantes extranjeros que querían ver a Reyes se hospedaban en un edificio de la av. 6 de Diciembre, en Quito, antes de su viaje en carro hasta Puerto El Carmen, poblado fronterizo en Sucumbíos (Ecuador), y en bote hasta Puerto Ospina y Piñuña Negra (Colombia), para desde allí caminar selva adentro hasta el refugio en una zona copada por hoja de coca.
Granda, quien celebró la boda de su hija en un hotel cinco estrellas de Quito en agosto del 2004, prestó su firma para adquirir propiedades de las FARC: una casa de playa en Atacames y una casa (comprada en 1996) en El Labrador, en Quito, que sigue a su nombre y tiene cubierto el pago del impuesto predial hasta el 2015. Asimismo, intentó comprar una finca con cinco casas, 166 cabezas de ganado, 15 caballos y tierras para cultivar papas, habas y cebada.
En noviembre del 2003, Reyes instruyó a Granda para que recibiera a tres ‘camaradas’ de las FARC, entre ellos Simón Trinidad, enviados por Jorge Briceño (Mono Jojoy) del Bloque Central, para que en Quito obtuvieran documentos necesarios para viajar a reunirse con Iván Márquez (Briceño, muerto en un bombardeo en Colombia el 2010; Márquez, protagonista en el actual proceso de paz, y Reyes eran tres de los 7 miembros del Secretariado). En enero del 2004, luego de un seguimiento de inteligencia colombiana, Trinidad fue detenido en Quito y deportado a Colombia, desde donde fue extraditado a EE.UU.
“El costo de deportar a Trinidad a Colombia pudo haber sido lo que se publicó en los cables de WikiLeaks, que en el golpe de Estado contra el gobierno de Lucio Gutiérrez hubo un mosaico peligroso financiado por Chávez con la participación de las FARC”, dice Gutiérrez, derrocado en abril del 2005. “Pero obviamente yo jamás puedo arrepentirme de lo que hice, el delincuente es delincuente y si países amigos reclaman por delincuentes yo no podía hacer otra cosa que entregarlos para que sean juzgados; las consecuencias son gajes del oficio”.
Las FARC reclamaron la presencia de Trinidad en los diálogo de paz desde el 2012 en La Habana. Condenado en EE.UU. a 60 años por secuestro, él había sido vocero de la guerrilla en las fallidas negociaciones con el gobierno de Colombia en el Caguán, en el 2002. “Simón es un hombre extraordinario, renunció a su clase para la transformación de su patria, es admirable la posición de Simón en el juicio, la cárcel, es admirable cómo recibe la noticia de la muerte de su esposa y su hija. Hay que aprender de los tupamaros de Uruguay, que entendieron, después de 15 años de tortura y cárcel, como Pepe Mujica, que desde el odio no se construye nada y que esta lucha siempre ha sido por amor. Simón aportaría al proceso de paz”, dice Chauvín, quien a inicios del 2016 visitó a las FARC en Cuba, en medio de los diálogos para la paz.
Con la captura de Trinidad, Granda abandonó Ecuador. Fue detenido en Venezuela, en diciembre del 2004, en una operación clandestina de Colombia; y volvió a la guerrilla tras su liberación, en mayo del 2007. Ricardo Téllez (el nombre en la guerrilla de Rodrigo Granda) ahora es uno de los miembros del Secretariado y fue uno de los delegados de la insurgencia en Cuba, que logró el histórico acuerdo de paz que se firmará mañana en Cartagena, luego de 52 años de existencia de las FARC.
Tras las detenciones de Trinidad y Granda en 2004, Calderón continuó en Quito al frente de las tareas de enlace con políticos. “Nubia Calderón era del Frente 48. Tenía buena maniobrabilidad para manejar los contactos acá. Ella conseguía documentos”, señala Manuel Silva, exjefe de inteligencia de la desaparecida Unidad de Investigaciones Especiales (Uies) de la Policía de Ecuador, que investigaba el nexo FARC-narcotráfico. Calderón estuvo en el campamento de Reyes durante el bombardeo del 1 de marzo del 2008; herida, fue llevada hasta Nicaragua. No retornó a Quito.
¿La Uies logró vincular a Calderón con el narcotráfico? “No. La gente que hacía los movimientos es diferente. Ella acá hacía otras tareas, de conexiones con políticos y gente asociada al campo público del país”, dice Silva, quien refiere que a través de Reyes “las FARC, en su manejo político, querían poner ante el mundo una cara diferente, querían un reconocimiento ideológico”. Su ala política fue la Coordinara Continental Bolivariana.
En los mensajes hallados en su computador, Reyes se refiere a su nieto como el ‘Huracán’ y echa de menos a su hija, quien al menos una vez por año llegaba al campamento, vía Quito, con cajas de medicinas para aliviar la presión y los dolores de próstata del subversivo.
CRONOLOGÍA
1993. En el río Putumayo.
Una patrulla antinarcóticos de policías y militares fue emboscada por las FARC. Murieron 11 ecuatorianos.
1996. Los 11 del Putumayo.
Diez campesinos colombianos y un ecuatoriano, acusados de la emboscada, fueron liberados.
1999. El caso Hurtado.
Jaime Hurtado, diputado del MPD, es asesinado en Quito tras visitar a las FARC en el Caguán.
1999. Una base en Ecuador.
FF.AA. de Colombia dicen que la guerrilla tiene un campamento para 150 hombres en Sucumbíos.
2004. Captura en Ecuador.
Simón Trinidad, vocero de las FARC en los diálogos de paz en el Caguán, fue detenido en Quito y deportado.
Autoridades ecuatorianas detuvieron a alias Simón Trinidad, entonces cuarto jefe de la guerrilla colombiana de las FARC en Quito, en el 2004. Foto: Archivo
2005. Incursión de las FARC.
La guerrilla atacó desde Ecuador una base militar colombiana de Teteyé; mató a 22 soldados.
2008. Bombardeo de Angostura.
FF.AA. de Colombia bombardean una base en Ecuador; murieron Raúl Reyes y 24 personas.
En un campamento ubicado en Angostura, selva ecuatoriana, se refugiaba el segundo al mando de las FARC, Raúl Reyes. El 1 de marzo del 2008, él y 24 personas más, murieron tras un bombardeo dirigido por las Fuerzas Armadas colombianas. Foto: Archivo
2011. Distintos incidentes.
Durante enfrentamientos con FF.AA. de Ecuador, en el río San Miguel, murieron 25 guerrilleros.