Barack Obama durante su intervención en la cumbre denominada “Tres Amigos”, que tuvo lugar en Ottawa, junto a los mandatarios Enrique Peña Nieto, de México, y Justin Trudeau, de Canadá. Foto: AFP
El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo que la retórica antiinmigrante del aspirante presidencial republicano Donald Trump no representa a su país, mientras el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, criticó la “demagogia” del magnate y sus “soluciones fáciles” que tienden al “populismo”.
Sin llegar a nombrar nunca al magnate, Obama y Peña Nieto respondieron a varias preguntas sobre las declaraciones de Trump, que ha llamado a los inmigrantes mexicanos “violadores” y “criminales” y ha prometido construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
“Debemos tomarnos en serio esta retórica y responder a ella de forma clara y decidida, pero no deberían tomarla como una señal de lo que es Estados Unidos”, aseguró Obama, en una conferencia de prensa al final de la cumbre entre EE.UU., México y Canadá que se celebró en Ottawa.
“Quien quiera que sea el presidente de Estados Unidos tendrá un fuerte interés de tener una sólida relación con México, porque es nuestro amigo”, agregó.
El mandatario recordó que “Estados Unidos es una nación de inmigrantes” y que siempre se ha definido “no por la apariencia de la gente” sino por sus valores, como “la libertad de expresión, el pluralismo y el Estado de derecho”.
“La idea de que, de alguna forma, vamos a detener ahora lo que ha sido una tradición de atraer gente con talento y sueños de todo el mundo, eso es algo que nos robaría el rasgo más especial de Estados Unidos, y no creo que eso vaya a ocurrir”, sostuvo Obama.
Opinó, además, que cree que antes o después Estados Unidos aprobará una “reforma migratoria integral“, y que a lo largo de la historia del país ha habido muchos momentos de retórica antiinmigrante, pero la gente de otros lugares “seguía viniendo”.
Por su parte, Peña Nieto aseguró que su Gobierno “es respetuoso del proceso electoral de los Estados Unidos”, pero criticó a quienes “recurren al populismo, a las soluciones fáciles a los problemas de hoy en día”.
“En este mundo se presentan liderazgos políticos demagógicos y populistas, pretendiendo destruir lo que se ha tomado décadas en construir”, indicó Peña Nieto.
“Llevar las riendas de un país es algo más que dar respuestas sencillas, es complejo y difícil”, añadió.
El mandatario mexicano explicó que las comparaciones que se han hecho en su país de Trump con Adolf Hitler o Benito Mussolini pretendían “llamar a la reflexión” sobre lo que esos líderes fascistas prometieron en su momento y que produjo “un resultado por todos conocido, una tragedia en la historia de la humanidad”.
Obama, por su parte, disputó la idea de que la retórica de Trump sea “populista”, dado que la definición anglosajona del término se refiere a aquellas políticas que buscan apoyar al pueblo, y en particular a las personas de clase trabajadora.
El mandatario opinó que él mismo es un populista, porque se preocupa “porque los trabajadores puedan tener una voz colectiva en su lugar de trabajo y obtener lo que les corresponde de forma justa”, y que los niños “tengan una educación decente”.
En cambio, “alguien que nunca ha mostrado ningún respeto por los trabajadores” ni “luchado por asuntos de justicia social” no merece ese calificativo solo “por estar diciendo cosas controvertidas”.
“Eso es nativismo, o xenofobia. O algo peor. O simplemente se trata de cinismo”, concluyó Obama.