Señalada hasta hace poco como el poder en las sombras detrás de su esposo, el presidente Ollanta Humala, la primera dama Nadine Heredia interviene cada vez más abiertamente en el Gobierno, situación que desató la última crisis de Gabinete en Perú.
La oposición acusa a Heredia de tener la culpa de la renuncia del hasta el lunes presidente del consejo de ministros, César Villanueva, quien dejó el cargo por discrepancias con ella y el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla. Este último y Heredia desautorizaron públicamente a Villanueva cuando este anunció la posibilidad de incrementar el salario mínimo, lo que según analistas y dirigentes de oposición no le dejaba otro camino que la renuncia por “dignidad”.
La situación hizo que aumentaran las críticas de diversos sectores contra Heredia, una comunicadora de 37 años a la que se acusa de tener una fuerte influencia en el Ejecutivo y de ser quien tiene la última voz en las decisiones, en desmedro de Humala, lo que es negado por el oficialismo.
A la esposa de Humala también se le menciona como quien supuestamente decidió que el nuevo presidente del Consejo de Ministros sea René Cornejo, hasta el lunes titular de Vivienda, al punto que medios periodísticos se refieren al nuevo equipo ministerial como ‘Gabinete Nadine’.
Decisiones compartidas
La intervención permanente de Nadine Heredia en el Gobierno es un asunto de vieja data. La Primera Dama, cofundadora y presidenta del partido nacionalista peruano que llevó al poder a Humala, “participa en la toma de decisiones” , dicen por lo bajo los ministros peruanos, y es la figura protagónica en muchos de los actos públicos en los que interviene el Presidente, quien muchas veces cede la palabra a su esposa para que se dirija a poblaciones en todo el país.
Tras los últimos acontecimientos, legisladores de oposición pedían el pasado martes que el Presidente “se sincere y la nombre en un cargo “.
Para el analista Alejando Indacochea “frente al protagonismo de la Primera Dama la imagen del presidente Ollanta Humala se ve disminuida porque no es el presidente el que aparece haciendo política”.
A diferencia de su esposo, un exmilitar al que se critica su escasa cintura política, Nadine Heredia es el contrapeso de la llamada ” pareja presidencial “ con un estilo siempre sonriente y descontracturado.
Heredia tiene una imagen positiva del 59%, según una encuesta realizada en enero.