Así como han sido prohibidos los karaokes en el estado de Kelantan, anteriormente también fueron prohibidos los salones de juego y los billares. Foto: Archivo EL COMERCIO
El gobierno del estado de Kelantan, uno de los más conservadores de Malasia, ha decidido prohibir los karaokes y fumaderos de pipa de agua o shisha al considerar que perjudican a los jóvenes, informó este jueves 17 de enero de 2019 la prensa local.
El presidente del comité de Salud del gobierno de Kelantan, Izani Husin, advirtió del impacto social negativo que tendría entre los adolescentes si no se ponen bajo control ambas actividades.
“Son muchos los que salen de fiesta y fuman shisha hasta las dos de la madrugada”, dijo Husin al diario Harakah, editado por el Partido Pan-Islámico de Malasia (PAS) que gobierna este estado del noreste de la parte peninsular de Malasia.
“Cuando regresan a casa tarde se exponen a actividades poco saludables“, añadió.
Kelantan, un territorio fundamentalmente agrario y con una población de 1,7 millones de habitantes, lleva gobernado desde 1990 por el PAS, que desde entonces ha impuesto varias restricciones a establecimientos de ocio.
Tras asumir el gobierno, la formación prohibió los salones de billar, karaokes y salas de juego por considerar que favorecían el vicio, aunque en 2005 permitió su reapertura con restricciones como el veto a las salas privadas.
Kelantan también tiene una estricta normativa para los cines, a los que exige mantener las luces encendidas durante la proyección, y asientos segregados para hombres y mujeres, lo que ha llevado a este estado a no contar con ninguna sala desde hace más de dos décadas.
En 2017, el parlamento estatal aprobó los azotes en público para castigar delitos bajo la ley islámica, que en Malasia se aplica solo a la población musulmana.