Un fotógrafo de AFP constató que había numerosos cuerpos en el suelo del lugar, utilizado como centro de retención para migrantes. Foto: AFP
Unos 40 migrantes murieron en un bombardeo contra un centro de detención en la periferia de Trípoli, un ataque atribuido a las fuerzas del mariscal rebelde Jalifa Haftar y que suscitó duras condenas internacionales.
Un portavoz de los servicios de emergencia dijo a AFP que el ataque habría dejado también unos 70 heridos, aunque el número de víctimas podría aumentar.
“Es un saldo preliminar. El saldo podría agravarse”, dijo el vocero Osama Ali, para quien en el momento del ataque aéreo había unos 120 migrantes retenidos en un hangar en Tajura, al este de Trípoli.
Un fotógrafo de AFP constató que había numerosos cuerpos en el suelo del lugar, utilizado como centro de retención para migrantes.
Los equipos de emergencia seguían trabajando entre los escombros en busca de sobrevivientes.
En un comunicado, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA), basado en Trípoli y reconocido por la ONU, denunció lo que calificó como “un crimen odioso” y lo atribuyó “al criminal de guerra Jalifa Haftar”.
En su nota, el GNA acusó a las tropas de Haftar de haber perpetrado un ataque “premeditado” y “preciso” contra el centro de migrantes.
El mariscal rebelde conduce tropas que controlan parte importante del territorio libio, y hace tres meses lanzó una fuerte ofensiva para tomar Trípoli y desalojar al GNA.
El ataque no ha sido reivindicado, pero los medios de prensa que apoyan a Haftar habían mencionado la inminencia de “una serie de ataques aéreos” en la zona de Trípoli y Tajura, precisamente donde estaba ubicado el centro de migrantes.
En Tajura están localizados varios sitios militares controlados por el gobierno y es regularmente blanco de ataques aéreos por parte de las fuerzas de Haftar.
“Investigación independiente”
El ataque suscitó numerosas reacciones de la comunidad internacional.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, advirtió en Twitter sobre “tres mensajes claves: los migrantes y refugiados no tienen que estar detenidos, los civiles no tienen que ser objetivos, Libia no es un lugar seguro para devolver” a los migrantes.
“Estamos horrorizados con estos muertos”, declaró a la AFP por su parte el portavoz de ACNUR, Charlie Yaxley. El portavoz dio cuenta de la “extrema preocupación” de la organización sobre los “rumores” que apuntan a que el lugar servía de “almacén de armas”. “Nadie tendría que ser reenviado a Libia actualmente”, abundó.
Médicos Sin Fronteras (MSF) reaccionó en Twitter a “estos terribles acontecimientos” y reclamó la “evacuación inmediata de refugiados y migrantes encerrados en centros de detención en Trípoli”.
Las agencias de la ONU y entidades humanitarias han reiteradamente expresado su oposición a que migrantes rescatados del mar sean devueltos a Libia, a raíz del caos institucional en el país.
Esta situación se tornó más crítica desde el inicio de la ofensiva de Haftar para controlar Trípoli.
La misión de apoyo de la ONU a Libia (MANUL) expresó su preocupación por la suerte de unos 3 500 migrantes y refugiados “en peligro en centros de detención situados en zonas de enfrentamientos”.
A pesar de la constante inestabilidad y el caos institucional, Libia sigue siendo un país de tránsito de migrantes que huyen de conflictos armados o inestabilidad en otras regiones de África y el Medio Oriente.
“Los refugiados y migrantes rescatados en el mar no pueden ser reenviados a Libia, y los que están encerrados en los centros de detención tienen que ser evacuados urgentemente”, afirmó en Twitter Lotte Leicht, directora de Human Rights Watch (HRW) para la Unión Europea.
El presidente de la comisión de la Unión Africana, Musa Faki Mahamat, “condenó con firmeza” el ataque y reclamó una “investigación independiente para asegurarse que los responsables de la muerte horrible de estos civiles rindan cuentas”.
Italia expresó su “consternación” y condenó los “bombardeos ciegos a zonas civiles”.
“Debemos garantizar inmediatamente serias medidas de protección (…) y, en particular, transferir los migrantes que se encuentran en las instalaciones de acogida a lugares a salvo de los combates”, advirtió el jefe de la diplomacia italiana, Enzo Moavero.