Brett Kavanaugh, el nominado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, para el Tribunal Supremo, testifica ante el Comité Judicial del Senado. Foto: EFE.
Hace veinte años, un presidente estadounidense en funciones, Bill Clinton, tuvo que responder una insoportable serie de preguntas sobre su relación sexual con una pasante de 22 años.
Algunas de esas preguntas fueron redactadas por un joven abogado llamado Brett Kavanaugh, quien en una incómoda coincidencia se enfrentó el jueves 27 de septiembre del 2018 a una avalancha similar de consultas invasivas por parte de senadores para evaluar si debe o no ser confirmado para ocupar un lugar en la Corte Suprema de Estados Unidos.
“¿Alguna vez ha rozado o frotado sus genitales contra la Dra. Ford?”, le preguntaron a Kavanaugh en una audiencia extraordinaria del Comité Judicial del Senado después de que la profesora Christine Blasey Ford denunciara que trató de violarla en una fiesta de 1982, cuando eran estudiantes de secundaria.
“No”, respondió el juez de 53 años.
“¿Alguna vez cubrió la boca de la Dra. Ford con su mano?” La misma respuesta.
“¿Alguna vez ha participado en algún tipo de episodio sexual con la Dra. Ford?”
Otro no.
Fue uno de los varios agonizantes intercambios durante la audiencia. Kavanaugh se encolerizó con el proceso y lo calificó de “ desgracia nacional ” .
Se trata un drama incómodo, además de completamente inesperado, para la actual era tóxica de la política, en la que el propio presidente Donald Trump ha sido acusado por más de una docena de mujeres de mala conducta sexual, y hasta fue escuchado en una grabación diciendo que las mujeres le permitían “ agarrarlas por la vagina” porque él era famoso.
Ahora retroceda más de dos décadas, cuando el fiscal especial Ken Starr, designado para investigar las transacciones financieras de Clinton, contrató a un joven Kavanaugh para ayudar con esa investigación.
Dos días antes de que Clinton testificara ante un gran jurado sobre su relación con la pasante Monica Lewinsky, Kavanaugh le escribió a Starr un memorando diciendo que el mandatario no merecía ningún “respiro” en el interrogatorio a menos que “renunciara o confesara perjurio”.
Kavanaugh redactó 10 duras preguntas, varias sexualmente explícitas, para hacerle al entonces presidente.
“Si Monica Lewinsky dice que usted insertó un cigarro en su vagina mientras estaba en la Oficina Oval, ¿estaría mintiendo?”, escribió Kavanaugh en la nota, que fue publicada el mes pasado por los Archivos Nacionales.
“Si Monica Lewinsky dice que le proporcionó sexo oral en nueve ocasiones en la Oficina Oval, ¿estaría mintiendo?”
Ese lenguaje recuerda a otro debate en el tribunal superior que transfiguró al país en 1991.
Durante las audiencias de confirmación de la Corte Suprema de Clarence Thomas, su otrora asistente Anita Hill testificó que éste habló con ella con espeluznantes detalles sobre películas pornográficas. “Me contó gráficamente sobre su propia destreza sexual”, aseguró entonces.
Thomas y Kavanaugh fueron ambos nominados por presidentes republicanos, graduados de la Facultad de Derecho de Yale, y acusados de mala conducta sexual. También ambos negaron las acusaciones en su contra.
Thomas, quien fue confirmado para ocupar un lugar en la corte, calificó los procedimientos como “linchamientos de alta tecnología”.
Kavanaugh, cuyo destino aún está pendiente, dijo que el “circo” que rodea las acusaciones contra él equivale al “grotesco y coordinado asesinato de un personaje”.
Clinton también expresó su agravio por el interrogatorio que recibió sobre su aventura sexual y sostuvo que eran “preguntas que ningún ciudadano estadounidense querría responder”.
En un momento de la audiencia del jueves, Kavanaugh hizo referencia al apuro del expresidente hace 20 años, cuando fue acusado por la Cámara de Representantes pero luego absuelto por el Senado.
La audiencia fue un “golpe político calculado y orquestado” , dijo un desafiante Kavanaugh a los legisladores, alimentado con aparente ira reprimida debido al presidente Trump y las elecciones de 2016… y una venganza en nombre de los Clinton”.
El Comité Judicial del Senado votará este 28 de septiembre del 2018 sobre la nominación de Kavanaugh. El pleno del Senado podría votar la próxima semana.