El número de bajas de militares extranjeros en Afganistán roza el centenar en junio, mientras el jefe de la CIA advierte que la guerra contra los talibanes será más dura y más larga de lo previsto.
Según el Ministerio de Defensa británico, un soldado falleció el domingo en un tiroteo en la convulsa provincia de Helmand (sur), lo que eleva a 99 el número de militares de la OTAN muertos este mes. Ese mismo día perdieron la vida cuatro soldados noruegos al estallar una bomba al paso de su vehículo por el norte de la provincia de Faryab.
El balance de bajas en lo que va de año es de 319 frente a las 520 de todo el 2009. Según la OTAN, el incremento del número de muertos se debe a que las tropas combaten a los talibanes en zonas nuevas y a que los insurgentes utilizan bombas de fabricación casera, baratas y fáciles de usar.
Ocho civiles, entre ellos mujeres y niños, también perdieron la vida el lunes cuando una bomba estalló al paso de una furgoneta en la provincia central de Ghazni, según la Policía.
El creciente número de víctimas se produce en momentos en que aumentan los interrogantes en Estados Unidos y Europa sobre la estrategia militar en Afganistán a raíz de la destitución la semana pasada del jefe de las fuerzas internacionales de la Alianza Atlántica, el general estadounidense Stanley McChrystal.
Un periódico inglés informó el domingo que días antes de que fuera despedido, McChrystal publicó una evaluación sumamente crítica de la guerra en una nota destinada a los aliados en la que les advertía que contaran con muy pocos progresos en los próximos seis meses. El director de la CIA también admite “problemas graves” en la guerra afgana.