Las autoridades iraníes suspendieron la sentencia a muerte por lapidación de una mujer condenada por adulterio, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores, tras semanas de críticas de la comunidad mundial.
“El veredicto sobre los asuntos extramaritales se ha frenado y está siendo revisado”, dijo el canciller Ramin Mehmanparast. Las declaraciones fueron hechas un día después de que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, calificara a la sentencia como “barbarie más allá de las palabras”, en una ola de críticas presentadas por las potencias extranjeras.
Sakineh Mohammadi Ashtiani fue condenada en el 2006 por adulterio, un delito castigado con la pena capital en la república islámica. También fue acusada de estar involucrada en el asesinato de su esposo.
En una entrevista telefónica en vivo, Mehmanparast indicó que la acusación de asesinato estaba “siendo investigada para la entrega del veredicto final”.
El adulterio es el único delito que se castiga con la muerte por apedreamiento en la ley sharia, que Irán adoptó tras la revolución islámica de 1979, aseguró un abogado.
La pena de muerte por asesinato se castiga con la horca en ese país y el abogado señaló que Ashtiani podría recibir 15 años de cárcel si es condenada por complicidad de asesinato.
En ningún punto de la entrevista al canciller iraní, realizada en farsi y doblada al inglés, se mencionó la “lapidación”, refiriéndose simplemente a la “sentencia de muerte” de la mujer. “Este es un caso muy normal (…) se asemeja a muchos que existen en otros países”, sostuvo.
Activistas de derechos humanos, intelectuales y políticos en Europa, incluyendo al presidente francés Nicolás Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, han asumido la causa de Ashtiani.
Según registros de Amnistía Internacional, Irán solo secunda a China en la cantidad de personas que ejecuta. El 2008 dio sentencia de muerte a por lo menos unas 346 personas.