El barco Aquarius, en el que viajaban 106 inmigrantes, a su llegada al puerto de Valencia, después de ocho días de travesía en alta mar, el 17 de junio del 2018. Foto: EFE
La llegada masiva y constante de migrantes desde hace varios años a Europa se ha convertido en el principal tema de debate en varios países del continente, en el cual ahora Donald Trump se entromete y donde los gobiernos tienden a endurecer su discurso.
Sin embargo, el número de llegadas de inmigrantes por el mar Mediterráneo tiene a bajar. Después de alcanzar un máximo de más de un millón de 2015, la cifra bajó a más de 362 000 en 2016, 172 000 en 2017 y 37 000 desde el inicio de 2018.
Además del problema de las nuevas llegadas, ilustrada por el caso del barco Aquarius , uno de los principales puntos de fricción tiene que ver con la repartición de los migrantes una vez que ya están en Europa, donde la mayoría de las opiniones públicas están reticentes a recibirlos.
Alemania
La canciller Angela Merkel abrió sus fronteras en 2015 para recibir a más de un millón de migrantes, lo que detonó una dinámica electoral favorable a la derecha dura, hostil a esta inmigración y alimentada por los diferentes hechos sociales atribuidos a los inmigrantes.
Reelecta en medio de una gran tensión política, ahora Merkel está sujeta a un gobierno de coalición con sus aliados de CSU, hostiles a la inmigración, que amenazan con derrocarla si no endurece su política migratoria.
También está en la mira de Donald Trump quien dice que los migrantes son responsables de un aumento general del crimen, desafiando las cifras oficiales que tienden a mostrar que el crimen ha disminuido en Alemania.
Una encuesta publicada la semana pasada muestra que casi el 90% de los alemanes quiere un endurecimiento de la política migratoria.
Francia
País atractivo para la inmigración, Francia también está en problemas por las llegadas de inmigrantes que cruzan la frontera italiana, que las autoridades intentan cerrar, lo cual ilustra la polémica de la repartición de la carga migratoria entre los países europeos.
La opinión pública está mayoritariamente en contra de la inmigración ilegal: 56% de los franceses consideró que no debía permitirse anclar en Francia al Aquarius, mientras cerca de la mitad de sus pasajeros querían pedir asilo en Francia.
Las autoridades francesas registraron más de 100.000 solicitudes de asilo el año pasado, que significó un aumento de 17,5% con respecto a 2016.
Italia
Principal puerto de entrada de inmigrantes que llegan por mar, Italia inmersa en el problema por los acuerdos de Dublín que prevén que el país europeo donde se registre por primera vez un migrante debe llevar su caso de residencia hasta el final, lo cual transfiere la mayor carga al país de ingreso.
Los italianos eligieron este año una coalición de extrema derecha y antisistemas en el poder, cuya una de sus primeras decisiones fue rechazar el arribo a sus puertos del barco Aquarius , con mujeres embarazadas, ancianos y niños viajando solos, lo cual reveló las lagunas sobre el tema en la política europea.
Italia registró unos 700.000 migrantes que desembarcaron en sus costas desde 2013. Este año, desde el 1 de enero, han llegado más de 15.610 refugiados (-78%) .
Austria
El canciller conservador Sebastian Kurz, que afirma haber sido uno de los principales artífices del cierre de la Ruta de los Balcanes a principios de 2016, celebró el martes el debate en Alemania entre Merkel y sus aliados.
Austria contó un total de 200 665 solicitudes de asilo entre 2013 y 2017, lo que representa el 2,3% de la población de este pequeño país de 8,7 millones de habitantes. Después de un máximo de 88.160 en 2015, el número de solicitudes anuales fue de 24.715 en 2017.
Bélgica
El país otorgó un estatus de refugiados (o estatus similares) a unas 40.000 personas entre 2015 y 2017.
El gobierno endureció su política, especialmente bajo el impulso de un secretario de Estado nacionalista flamenco, Theo Francken, que recientemente se ha declarado contra cualquier inmigración ilegal en la UE, que defiende que se reciba solamente a aquellos refugiados enviados desde campamentos de la ONU en zonas de guerra.
España
El gobierno del socialista Pedro Sánchez propuso recibir al “ Aquarius ” y tratar sus solicitudes de asilo. “ Un gran gesto ” cuyo objetivo es “ movilizar ” a otros países europeos, mientras que España parece ser uno de los pocos -y raros- países de Europa donde la opinión pública no se aparta del tema migratorio.
Este año más de 9.300 migrantes llegaron a las costas de España, tercer punto de entrada en Europa por mar después de Italia y Grecia. Estas llegadas fueron más del doble que en el mismo periodo en 2017.
Países de Visegrado
Los países del llamado grupo de Visegrado, Hungría, República Checa, Polonia y Eslovaquia se oponen a cualquier idea de una cuota de migrantes que Europa intentó imponerles durante dos años tras la crisis de 2015 (cuando la UE recibió más de 1,26 millones de solicitudes de asilo) . Estos exmiembros del bloque comunista no han enfrentado los mismos flujos migratorios que Europa occidental.
Suecia
Suecia endureció a fines de 2015 su política de asilo que era una de las más generosas.
Entre 2015 y 2017, este país de menos de 10 millones de personas, dio asilo a más de 144 000 personas, principalmente de Siria.
Aquí también la inmigración es uno de los temas centrales de la campaña por las legislativas del 9 de septiembre. La extrema derecha antiinmigración cuenta con entre 18 a 20% de las intenciones de voto.