El independentismo se impuso este domingo en las elecciones regionales de Cataluña, convertidas en un plebiscito de facto sobre la independencia.
Lo hizo solo en diputados, sin alcanzar la mayoría absoluta en votos, pero se ve legitimado para proseguir con el proceso de desconexión de España. “Hemos ganado”, proclamó el jefe del gobierno regional, Artur Mas, por la noche.
“No aflojaremos. Hemos ganado con todo en contra, y esto nos da una enorme fuerza y una gran legitimidad para tirar adelante este proyecto”, defendió.
Junts pel Sí (Juntos por el Sí), la candidatura en la que Mas agrupó a las principales fuerzas secesionistas y a personas procedentes de movimientos civiles independentistas, logró 62 de los 135 diputados del Parlamento regional.
La formación del nuevo gobierno y la investidura del propio Mas quedan en manos de la CUP, el partido antisistema de izquierdas que rechazó unirse a la candidatura de unidad y que logró 10 diputados en estos comicios.
La CUP quiere la separación de España, pero no al liberal Artur Mas como jefe del Ejecutivo. Juntas, las dos listas suman 72 escaños, cuatro encima de la mayoría absoluta, pero no llegan siquiera al 48 por ciento de los votos. Mas había fijado en 68 diputados secesionistas el mínimo para proseguir el proceso de desconexión de España, sin importar el porcentaje de sufragios recibidos.
Fuentes del gobierno de Mariano Rajoy consideraron que Mas ha fracasado en su estrategia. “Quienes han ganado en escaños y no en votos el plebiscito lo han perdido, porque hay una mayoría de catalanes que no quiere la independencia, pero que sí quiere abrir un tiempo de convivencia, diálogo y de reforma en el conjunto del país”, dijo por su parte el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez.
El secesionismo se ve sin embargo legitimado para mantener el mayor desafío que ha vivido el Estado español en 40 años de democracia y proseguir el camino hacia la proclamación de la independencia creando en los próximos meses las bases de un nuevo país. Mas habló desde el principio de un plazo máximo de año y medio, pero ahora puede ser que sea otro el que encabece el Ejecutivo de concertación por el rechazo que él genera en la CUP.
“Tenemos una mayoría más que suficiente para tirar adelante la independencia de Cataluña”, dijo Oriol Junqueras, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), integrada junto a Convergència, el partido de Mas, en Junts Pel Sí. Su nombre es uno de los que suenan como posible jefe del Ejecutivo si la CUP se cierra a investir a Mas.
La afluencia a las urnas fue masiva y rompió los récords históricos de las citas electorales catalanas. Votó un 77,46 por ciento de los 5,5 millones de catalanes que estaban llamados a hacerlo. Son casi diez puntos más que en las elecciones de 2012, que hasta hoy tenían la marca de la mayor participación.
Los partidos no secesionistas confiaban en que una participación alta frenara al independentismo.
Pero fueron ellos los que cayeron, con la excepción de Ciudadanos, el partido de centro-derecha que en los últimos meses ha experimentado un auge a nivel nacional. Con 25 diputados, se convirtió en la primera fuerza catalana antisecesionista. Su candidata, Inés Arrimadas, pidió la dimisión de Artur Mas y la convocatoria de nuevas elecciones “sin plataformas” para que “los catalanes puedan elegir a un partido y un programa”.
Le siguen a gran distancia los socialistas (16) y Catalunya Sí que es Pot (11), la plataforma de izquierdas en la que se integra Podemos, que se desinfló en estas elecciones. El Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy cayó de 19 a 10 diputados.
Los comicios de hoy fueron para Mas un sustituto del referéndum de autodeterminación que el gobierno de Rajoy le impidió celebrar en noviembre de 2014 con una impugnación ante el Tribunal Constitucional. El presidente del gobierno español asegura que hará todo lo que esté en su mano para impedir la secesión.
Confía en frenarla en caso de necesidad con la reforma que permitirá al Tribunal Constitucional suspender al jefe de gobierno que dé pasos hacia ella y que aprobará el Parlamento español la semana que viene.
Las instituciones europeas y dirigentes de la Unión Europea como la alemana Angela Merkel y el británico David Cameron han avisado de que una Cataluña independiente quedaría fuera del bloque. La secesión la excluiría también de organizaciones supranacionales como la OTAN.