Hasan Diab, es el primer alto cargo político en ser inculpado por “negligencia” por la explosión en el puerto de Beirut, Foto: Archivo.
El primer ministro en funciones del Líbano, Hasan Diab, es el primer alto cargo político en ser inculpado por “negligencia” por la explosión en el puerto de Beirut, el pasado 4 de agosto, aunque se defendió al decir que tiene la “conciencia tranquila” y que dejará de colaborar con la Justicia.
La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) informó de que el juez Fadi Sawan, encargado de la investigación del caso, imputó a Diab, así como a los exministros Ali Hasan Jalil, Yusuf Fenianos y Ghazi Zaiter, que no formaban parte del Gobierno, que dimitió en bloque tras la catástrofe, causada por la explosión de un cargamento de nitrato de amonio almacenado sin custodiar durante años y que costó la vida a a más de 200 personas, más de 6 000 heridos y dejó a otras 30 .000 sin hogar.
Diab se defiende
Poco después del anuncio de haber sido inculpado y llamado de nuevo por la Justicia para ser interrogado la semana que viene, la oficina del primer ministro en funciones difundió un comunicado en el que decía que Diab “tiene la conciencia tranquila y confía en sus manos limpias”.
Diab se declaró “sorprendido” por la decisión del juez y aseveró que “no permitirá que la posición del primer ministro sea dirigida”, se indica en la nota.
Asimismo, acusó al juez Sawan de “violar” la Constitución, ya que, en opinión del primer ministro en funciones, está conculcando el principio de inmunidad que tiene, así como de “saltarse al Parlamento” con su decisión, según el comunicado, que agregó que Diab “ya dijo lo que tenía que decir” sobre el caso cuando el juez lo llamó para testificar.
Una fuente de la Oficina del Primer Ministro aseguró que Diab “no colaborará” más con la justicia libanesa ante esta decisión porque ya que testificó en su momento, sin dar más detalles de los próximos movimientos del político.
La ANN no ofreció más detalles sobre las acusaciones contra ellos, pero medios libaneses revelaron que Diab, Jalil, Fenianos y Zaiter habían recibido “varias notificaciones escritas alertando sobre (el peligro de) posponer la eliminación del fertilizante nitrato de amonio”.
Diab y todo su gabinete dimitieron casi una semana después de la deflagración y desde entonces, continúa en funciones.
Poco después, se designó a Mustafá Adib para formar un Gobierno, el cual fracasó y renunció, por lo que se eligió al histórico Saad Hariri para liderar el gabinete en una de las peores crisis de la historia del Líbano, aunque hasta el momento tampoco lo ha conseguido.
El resto de inculpados
Jalil fue ministro de Finanzas entre 2014 y 2020, período en el que se cree que el nitrato de amonio permaneció almacenado en el puerto de Beirut, mientras que Zaiter fue nombrado ministro de Obras Públicas y Transporte en 2014, y Fenianos ocupó ese mismo cargo entre 2016 y 2020.
Tanto Jalil como Fenianos fueron incluidos el pasado septiembre por el Gobierno de Estados Unidos en una lista de sanciones por supuesta corrupción y vínculos con el grupo chií libanés Hizbulá.
Una fuente judicial informó de que hasta el momento han llamado a testificar a 45 personas por la explosión del puerto.
El Consejo Judicial Supremo difundió un comunicado en el que defendió la actuación de Sawan durante las investigaciones y que envió al Parlamento unos documentos en los que consideraban que había “evidencias” contra “algunos oficiales gubernamentales” sobre su responsabilidad en la explosión.
Asimismo, indicó que el equipo forense francés que participa también en las investigaciones no enviará las muestras recogidas en el puerto de Beirut hasta febrero o marzo de 2021.
El presidente del Líbano, Michel Aoun, reconoció pocos días después de la explosión que sabía de la existencia de “una gran cantidad de nitrato de amonio” almacenado en un depósito del puerto de Beirut.
Según las primeras pesquisas, ese fertilizante fue descargado de un barco que partió en 2013 desde Georgia con destino a Mozambique y con una escala en el puerto de Aqaba, en Jordania, pero por causas que se desconocen se desvió hacia Beirut, donde el fertilizante fue descargado y almacenado.