El Gobierno de Francia ha anunciado este viernes 11 de junio del 2021 la muerte en el norte de Malí del principal responsable del asesinato de los periodistas Ghislaine Dupont y Claude Verlon en 2013, fruto de un operativo de la operación Barkhane, la misma que el jueves el presidente galo, Emmanuel Macron, prometió finalizar en busca de nuevas fórmulas de cooperación en la lucha contra el terrorismo.
El mandatario francés desveló una “transformación profunda” de la presencia militar del país en el Sahel, lo que pasa también por el fin inminente de la operación Barkhane, lanzada en 2014 y pilar básico de la estrategia francesa en una región marcada en los últimos años por la creciente inseguridad.
La ministra de Defensa, Florence Parly, que ha planteado igualmente una “evolución” de la implicación militar francesa en la región africana, ha confirmado en una declaración pública una operación militar que se saldó el sábado pasado con la muerte de varios terroristas, entre ellos un líder de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) al que se le atribuye el asesinato de los periodistas Dupont y Verlon.
La ministra ha explicado que los militares habían detectado “la preparación de un ataque terrorista en Aguelhok”, una localidad de la región de Kidal, en el norte de Malí, y que procedieron a “eliminar” a “cuatro terroristas”, entre ellos Baye ag Bakabo, “responsable del secuestro” de los dos trabajadores de la emisora RFI. “Esta neutralización pone fin a una larga espera”, ha dicho Parly, que ha expresado su apoyo a los familiares y allegados de Dupont y Verlon.
Previamente, la ministra ha hecho hincapié en una entrevista en que, pese al fin de Barkhane, las autoridades “no cambian el objetivo, que seguirá siendo la lucha contra el terrorismo“, antes de recalcar que “el enemigo se adapta sin parar a los modelos operativos y de acción de los militares que están sobre el terreno, por lo que es importante cambiarlos para variar sus efectos”.
Parly ha argumentado en declaraciones a la cadena de televisión FranceInfo que la situación en el Sahel “es un problema importante para las poblaciones de los países del Sahel y para la seguridad de los europeos”. “Lo que cambia es el enfoque”, ha defendido, en referencia al anuncio de Macron.
“Siempre hemos dicho que (la operación) Barkhane no era eterna y que nuestro sistema militar tiene que adaptarse constantemente”, ha manifestado, al tiempo que ha hecho hincapié en que el anuncio del presidente francés “no es una sorpresa”, sino parte de un trabajo “iniciado hace mucho tiempo”.
Parly ha incidido además en que París ha llevado a cabo “operaciones extremadamente importantes” contra las organizaciones que operan en la zona, incluidas filiales de Al Qaeda y Estado Islámico, y ha añadido que durante 2020 se registraron “grandes éxitos”, incluida la muerte del líder de AQMI.
“Consideramos que la situación de seguridad en la zona sigue siendo muy difícil. Los yihadistas se reorganizan, pero el objetivo es lograr que esta reorganización tenga lugar de la forma más complicada posible. Para hacerlo, hace falta golpear las cabezas de los líderes de estas organizaciones terroristas“, ha argüido la ministra en la entrevista.
En este sentido, ha destacado que “los logros fundamentales durante los últimos meses, iniciados en enero de 2020 durante la cumbre de Pau, han permitido acompañar cada vez más a las Fuerzas Armadas (de los países) del Sahel para que puedan asumir la seguridad de la zona”.
“Hemos pasado poco a poco de una organización en la que Francia intervenía en gran medida, a menudo sola, a una en la que no solamente no estamos solos, porque hemos atraído a nosotros a los europeos, pero también porque hay más lazos con las Fuerzas Armadas sahelianas“, ha sostenido.
“Hubo grandes operaciones en otoño e invierno (de 2020) en las que los ejércitos de Francia y los países del Sahel constituyeron un grupo último de muchos miles de soldados que combatieron juntos. Así, adquirieron capacidades que nos permiten hacer evolucionar los dispositivos”, ha explicado.
Mantendrá un papel “muy significativo”
Por ello, ha reiterado que “lo que es importante entender es que Francia sigue involucrada militarmente en el Sahel”, dado que seguirá manteniendo su presencia para que la fuerza Takuba mantenga sus operaciones, mientras que la cifra concreta de militares desplegados será “discutida” con los socios regionales.
Sin embargo, ha recalcado que el papel militar de Francia seguirá siendo “muy significativo” dado que “hace falta mantener el combate contra el terrorismo“. “Este trabajo permitirá progresivamente que los ejércitos del Sahel estén en situación de responder. A diferencia de la situación de hace 18 meses, cuando sufrieron reveses extremadamente graves, ahora están en condiciones de responder”, ha remachado.
Por su parte, el grupo parlamentario Francia Insumisa ha pedido un “debate parlamentario” sobre el fin de la operación Barkhane en el Sahel, tras criticar la “vaguedad” de las afirmaciones de Macron y “la prisa que parece tener” por llevar a cabo el plan.
Macron explicó el jueves durante su comparecencia que la presencia francesa en Malí “ya no se adapta a la realidad de los combates”, por lo que ve necesario modificar una estrategia que implica actualmente a más de 5 000 efectivos, después del último refuerzo aprobado en 2020.
Malí, al igual que otros países del Sahel, ha venido registrando en los últimos años un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.
No obstante, a la ecuación en el caso de Malí se ha sumado el golpe de Estado de mayo, que evidenció las luchas internas que aún persisten desde otra reciente asonada, la de agosto de 2020, que dio como resultado el derrocamiento del entonces presidente, Ibrahim Boubacar Keita. El actual presidente es Assimi Goita, líder de la junta militar instaurada tras el primer golpe.