La Embajada de los EE.UU. siguió de forma minuciosa los eventos que precedieron y siguieron al golpe de Estado en contra de Lucio Gutiérrez y no se limitó a tener un papel pasivo sino que mantuvo una actividad que incluía recomendaciones al entonces Presidente y a las Fuerzas Armadas del país.
En efecto, una gran cantidad de cables de la Embajada de los EE.UU. que fueron filtrados por Wikileaks a EL COMERCIO, demuestran que las actividades de esa delegación diplomática incluyeron conversaciones, y no pocas, entre la embajadora Kristie Kenney y Gutiérrez, hasta pocos minutos antes de que la primera abandonara Carondelet.
En una de esas conversaciones, Gutiérrez llegó a pedirle consejo a la funcionaria para ver si era o no conveniente que saliera del país o pidiera asilo, según consta en el cable 31183.
Este es un fragmento de la narración que hace dicho cable sobre los dramáticos momentos previos a la salida de Gutiérrez.
“A la 1:45 p.m., la Embajadora habló con el presidente Gutiérrez que dijo que iba a intentar apelar a la nación para apoyo y calma. La Embajadora le dijo que si los militares le retiraban su apoyo, Gutiérrez tendría que irse. El Presidente agradeció a la Embajadora por su apoyo.
“ A las 2:45 p.m., Gutiérrez llamó nuevamente a la Embajadora desde el Palacio, todavía renuente a renunciar. La Embajadora le dijo que no veía otra salida. Él confirma a las 3 p.m. que estaba saliendo del Palacio, para ir posiblemente a su ciudad de origen, Tena o a Guayaquil. No pidió asilo y no mencionó abandonar el país”.
Hay asimismo testimonios que muestran, según el mismo 31183, que a pesar del soporte que Gutiérrez recibía de la Embajada, ésta no quería que el Presidente solicitara asilo a los EE.UU. Incluso, la Embajada dijo que estaba dispuesta a disuadir cualquier pedido en ese sentido y que, más bien, facilitaría el traslado de Gutiérrez a un lugar seguro que no sean los EE.UU. Pocas horas después de escrito esto, la misma funcionaria dice haberse enterado de que Gutiérrez pidió asilo en la Embajada del Brasil.
De la correspondencia entre la Embajada y el Departamento de Estado también se desprende que los militares ecuatorianos, ante la gravedad de la crisis política que rodeó a la caída de Gutiérrez, consideraron la posibilidad de que se conforme una Junta Cívica para reemplazar temporalmente a Lucio Gutiérrez.
En efecto, en el cable 31182 se afirma que horas antes de al caída de Gutiérrez, la Embajadora se contactó con el Jefe del Comando Conjunto, vicealmirante Víctor Hugo Rosero y que éste manifestó“que los militares estaban considerando crear un ‘Junta Cívica’ para reemplazar temporalmente al Presidente”. El cable agrega que “la Embajadora le expresó que si Gutiérrez renunciaba, cualquier reemplazo debería ajustarse a la Constitución”. Ante esto, Rosero dijo que “los militares no tenían ninguna intención de tomar el control político en sí”.
En efecto, el contacto también era muy fluido entre los militares de ambos países. En el 31183 se lee esto: “El Gen. Craddock, del Comando Sur llamó al jefe del Comando Conjunto, Rosero, por la tarde para aconsejarle profesionalismo en esta crisis. Rosero dijo que los militares se vieron forzados por las circunstancias a retirar su apoyo al gobierno de Gutiérrez. Le indicó que los militares deben hacer cumplir el orden público y proteger las vidas y la propiedad. Los militares deben propender a prevenir mayor conflicto, pensar sus acciones y dar órdenes claras a sus subordinados. Rosero estuvo de acuerdo.
En estos cables también se evidencia que luego de la fluida y estrecha relación que la Embajada tenía con el gobierno de Gutiérrez, se pasó a una situación de incertidumbre con el nuevo gobierno de Alfredo Palacio, quien sucedió a Gutiérrez.
Cuando Palacio asume ante el Congreso, la diplomacia estadounidense admite no conocer mucho sobre el sucesor de Gutiérrez. Sin embargo, apenas empieza a conocer sobre su tendencia ideológica se alarma ante un posible sentimiento anti estadounidense. Como lo advierte el cable 30016, la Embajada mira dos ministros de Palacio con clara predisposición antiestadounidense: se trata de Mauricio Gándara, ministro de Gobierno a quien lo tildan de “antigringo” y de Rafael Correa, ministro de Economía. “El Ministro de Economía, de ultraizquierda, Rafael Correa parece peligroso para los intereses de los EE.UU. en el Ecuador”, dice ese cable.
La Embajada, como consta en el cable 3125, temía desde el inicio que con Palacio se vieran afectados ciertos intereses del Gobierno de los EE.UU. “Es muy temprano para saber cómo un gobierno de Palacio manejaría asuntos claves en la agenda del Gobierno de los EE.UU., pero basados en la agenda y en declaraciones públicas tempranas parece que las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) tendrían un retroceso, y que el Ecuador bien podría retirarse de las negociaciones, en tanto que la Base de Manta no ser vería afectada”.
En efecto, el gobierno de Alfredo Palacio decidió romper las negociaciones que se adelantaban para la firma del TLC.