Los servicios secretos internos de Rusia (FSB) aseguraron el lunes, 2 de octubre del 2017, haber desarticulado una célula del grupo terrorista Estado Islámico (EI) que planeaba atentados contra aglomeraciones de gente e infraestructuras de transporte.
Según el FSB fueron arrestados todos los miembros de la célula en registros en Moscú. El grupo estaba liderado por extranjeros y los rusos que formaban parte de él procedían del Cáucaso Norte, de mayoría musulmana.
En la operación fueron incautadas dos bombas listas para utilizarse, dos granadas y material para la fabricación de explosivos.
Las autoridades buscan con mayor intensidad potenciales terroristas desde el ataque islamista contra el metro de San Petersburgo que dejó 16 muertos en abril.
Miles de voluntarios rusos y de Asia central combaten en Siria con el EI.