El severo invierno que padece Colombia, el más catastrófico en cuatro décadas, empieza a ser comparado con el huracán ‘Katrina’, que azotó parte del centro y del sur de EE.UU. en agosto del 2005.
Luego de realizar un sobrevuelo por áreas inundadas de la Costa caribeña de este país, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, habló ayer del “monumental desastre que estamos sufriendo”.
También refirió que el temporal, que es resultado de los coletazos del fenómeno climático de La Niña, rebasó la capacidad del Estado para afrontarlo y que el Ejecutivo analiza la declaratoria del estado de excepción.
Hace poco más de dos semanas, el Gobierno colombiano había decretado el estado de calamidad pública en 28 de los 32 departamentos. Y a renglón seguido llamó a la comunidad internacional a entregar ayuda humanitaria y aportes que permitan atender a los millones de afectados por la época invernal.
Precisamente, para afrontar los efectos de la ola invernal, Santos canceló una gira internacional que debía llevarlo esta semana a Washington (EE.UU.) y a Cancún (México), luego de su participación en la XX Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Gobierno, que se realizó en Mar del Plata (Argentina).
Como consecuencia de las fuertes lluvias que empezaron hace alrededor de dos meses, se contabilizan 176 fallecidos y 1 821 casas destruidas completamente, mientras que la cifra de damnificados se engrosa cada día. Ayer, el Gobierno colombiano mencionó que el número de afectados roza los dos millones.
Y el escenario de catástrofe que vive Colombia se agravó ayer con un nuevo siniestro. Un deslizamiento de tierra cubrió ayer una cifra aún no determinada de viviendas, en la barriada La Gabriela, en el municipio de Bello, en el departamento de Antioquia (noroccidente).
El secretario del Gobierno local, Diego Muñoz, confirmó al diario El Colombiano que el número de casas sepultadas por la avalancha es considerable.
Hasta anoche, las autoridades informaron del rescate de dos cadáveres y de siete heridos. Al menos unas 65 personas fueron reportadas como desaparecidas. Sin embargo, ese número es provisional y puede variar.
La ola invernal también ha deteriorado la red vial, en particular las carreteras de 15 departamentos del país. La Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía colombiana informó que en Cundinamarca, Caldas, Boyacá y Norte de Santander se registran cierres totales de vías por un tiempo indefinido. Asimismo, que al menos hay nueve cortes por efecto de los derrumbes en la arteria que une Bogotá con Girardot.
Igual cosa sucede en la carretera Bucaramanga- Costa Atlántica, cerrada en varios tramos debido a los corrimientos de tierra.
La temporada invernal, por otra parte, también empieza a tener incidencia en el alza de los precios de los productos de la canasta familiar. Los aumentos se producen como consecuencia de la pérdida de, al menos, 180 000 héctareas de cultivos que se encuentran bajo el agua.
Los perjuicios para los agricultores colombianos se cifran en 800 000 millones de pesos (alrededor USD 440 millones), según los datos del Ministerio de Agricultura. En tanto que la Sociedad de Agricultores de Colombia calculó que a causa del invierno hay una pérdida de alrededor de 450 000 toneladas de alimentos.
El estado de calamidad hizo que el ministro colombiano de Transporte, Germán Cardona, comparara los impactos con los causados por el ‘Katrina’.