Unos acudieron de frac, ternos, abrigos y más trajes de gala. Los menos informales llegaron con mochila a espaldas, visten jean y alguna insignia activista.
Su propósito: encontrar una salvación para la Tierra al ser los encargados de impulsar un acuerdo mundial para afrontar los efectos del cambio climático.Durante cada cita, miles de miradas apuntan hacia ellos, aunque se los concibe muy distantes y ajenos a la realidad cotidiana que vive la gente. En especial porque parecen ser indolentes ante las cada vez más frecuentes catástrofes ambientales: inundaciones o sequías extremas, deshielo de glaciares y más.
Al menos esa fue la conclusión luego de las reuniones de Barcelona, España, en julio del 2009, la Cumbre Climática de Copenhague, Dinamarca, (diciembre, 2009) y la reunión de Bonn, Alemania, de hace dos semanas.
En el bando oficial están los gobiernos (ministros, subsecretarios, directores de medioambiente, asesores y más) de 194 países. Ecuador, por ejemplo, a Bonn envió a ocho representantes de los ministerios de Ambiente, Patrimonio, Recursos no Renovables y Cancillería.
fakeFCKRemoveEn el otro frente están los observadores y los delegados de organizaciones no gubernamentales (ONG). No ejercen voto en las decisiones, pero tienen vía libre para entrar a cada sesión, aparte que mantienen una actitud de vigilancia y de alerta sobre el proceso. Así lo hicieron en Bonn la ecuatoriana Lourdes Barragán, de Rainforest Foundation Norway, y Gabriela Niño, del Centro de Transporte Sustentable de México.
Se calcula que son alrededor de la mitad de todos los participantes en las conferencias y reuniones sobre cambio climático.
Hay quienes asumen actitudes de protesta pacífica, como lo hizo un colectivo de activistas en Bonn. En las afueras del Hotel Maritim, gente de Greenpeace, WWF, Oxfam y TckTckTck armó una parodia en la cual simularon que los mandatarios de Rusia, Italia, EE.UU., Francia, Alemania, Reino Unido y Japón jugaban con el destino de la Tierra.
Pero en ocasiones -como en la Cumbre de Copenhague- protagonizan marchas, la de la capital danesa causó detención de unas 1 500 de los 15 000 activistas que protestaban.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Unfccc, siglas en inglés) admite a 1 300 ONG, como observadores acreditados para las conferencias mundiales como la de Copenhague.
En una larga lista aparecen apenas tres ONG de Ecuador. Están la Confederación de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Región Amazónica del Ecuador, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica y la Fundación Futuro Latinoamericano.
Esas ONG representan un espectro diversos de intereses: empresas e industrias tradicionales -como petroleras y mineras- y de nuevas tecnologías. También son de organizaciones ambientales, agricultura, indígenas, gobiernos locales y autoridades municipales, institutos de investigación y académicos, sindicatos, grupos de mujeres y de jóvenes.
Este sector se financia la participación con autogestión y donaciones. De esos recursos, por ejemplo, salió el presupuesto para que la estadounidense Christina Wilson viajara a Bonn para atender en estand del Comité por un mañana constructivo. Promocionó las energías alternativas, como la geotérmica. Muchos se alojan en casas de acogida.
Quienes sí reciben financiamiento de la Unfccc son los delegados de los países considerados de menor desarrollo.
Cada reunión, que se realiza entre una y otra conferencia mundial, cuesta alrededor de USD 5 millones. Varía según la duración y el lugar. El costo de una conferencia es mucho más elevado y varía según los requerimientos como la seguridad y la infraestructura (existente y por construir).
La última cita en el exclusivo Hotel Maritim, en la zona moderna de la antigua capital de la ex Alemania Democrática, replicó la característica de estos encuentros. Un ‘tira y jala’, sin que nadie ceda nada y más bien defienda los intereses económicos individuales.
Cada día, ni bien se abría el acceso, hileras de personas apresuradas pasaban los celosos filtros de seguridad, para iniciar las reuniones de negociaciones bilaterales, de grupo o generales. Los cuatro salones habilitados para la cita fueron escenarios de acalorados debates y posiciones antagónicas sobre cómo actuar frente al indetenible cambio climático.
Las reuniones informales también tuvieron su espacio: en los pasillos, junto a una mesa mientras tomaban un café o en el vestíbulo. Otras, junto a las mesas en el patio del Maritim. Allí pulían estrategias y planteamientos comunes entre una y otra delegación. Igual los observadores aprovechaban para hacer los balances diarios. Así es como en Bonn y en otros escenarios se discutió sobre el futuro climático del planeta y de la humanidad.
Dos décadas de negociaciones y aún hay muy pocos avances sobre un acuerdo mundial para afrontar los efectos del cambio climático
diciembre / 1990
El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático dio su primer informe. Se revelan los peligros por la contaminación ambiental.
9 mayo / 1992
La Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, marcó la toma de conciencia sobre los gases contaminantes. La ONU adopta la Convención Marco.
marzo / 1995
Berlín, Alemania, fue la sede de la primera Conferencia de las Partes (COP, países miembros). Se iniciaron las de negociaciones. Ya van 15 COP.
diciembre / 1997
125 países reunidos en Japón en la COP 3 firmaron el Protocolo de Kioto. El objetivo: bajar las emisiones de los gases de efecto invernadero.
16 febrero / 2005
El Protocolo de Kyoto entró en vigor. 55 países, excepto EE.UU. y Australia, se comprometieron a cumplirlo. Hoy 192 países lo apoyan.
diciembre /2008
La creación del fondo para ayudar a las naciones más pobres a enfrentar los efectos de cambio climático empezó a ser debatida.
diciembre / 2009
Más de 40 000 personas acudieron a Copenhague para la COP 15. Al final no hubo un acuerdo general, por lo que se habló de un fracaso.
junio / 2010
Bonn, Alemania, fue sede de la primera reunión camino a Cancún. Países como Bolivia anunciaron un retroceso en las negociaciones.
diciembre / 2010
Cancún, México, será la sede de la COP 16. El reto de los anfitriones es que de allí salgan al menos algunos acuerdos concretos.