¿El artículo 368 de la Constitución estipula la obligación del Estado de pagar a las personas que hacen trabajo no remunerado en el hogar, ¿cuál es el perfil de la ecuatoriana conocida tradicionalmente como ama de casa?
¿Por qué está aquí?
Tiene una maestría en Desarrollo Social. Ha trabajado con mujeres en temas de violencia familiar.
Cree que para remunerar el trabajo en el hogar debe considerarse los roles de la mujer en la familia.
Desde el feminismo se ha dicho que las mujeres tenemos tres o cuatro roles: hacemos el trabajo en la casa, hacemos el trabajo afuera que nos genera ingresos, militamos en alguna organización social o política y a veces hacemos trabajo comunitario. Ahora también hay amas de casa que estudian además de trabajar. Lo más importante de haber puesto en la palestra pública el tema del trabajo en casa es que se logre un cambio en la valorización de lo que hacemos las mujeres en una sociedad.
¿Cuál sería el mecanismo para determinar qué grupo es el que necesita con mayor urgencia la concreción de esta idea?
Hay una variable que se debe incorporar, que es el del ciclo de vida de las mujeres. Probablemente las mujeres adultas mayores están en muchísimo riesgo, porque en nuestra sociedad hay mucho abandono a este grupo, mucho más si están en una situación de pobreza. Las mujeres que no tienen un empleo remunerado también requerirían una mayor especificidad en la asignación de una cobertura. Una pregunta que hay que hacerse es qué va a cubrir: atención médica, accidentes, etc.
¿Cómo se tendría que determinar el valor de una remuneración para una mujer que trabaja en casa, si esta es una labor sin horarios?
Se podría valorar en función de lo que se conoce como la reproducción social, y ese rol está asignado al trabajo en el hogar. Habría que establecer variables que incluyan cosas materiales como el preparar los alimentos, lavar la ropa y barrer, pero también variables intangibles y subjetivas como el afecto y el cuidado, ese involucrarse con las necesidades del otro. Pero eso resulta muy difícil de cuantificar.
¿Hablando de las mujeres que hacen trabajo fuera de casa además de sus tareas domésticas, ¿cuál sería la forma de reconocer este doble rol?
Es cuestión de hacer una investigación. El trabajo que las mujeres hacemos fuera de casa es impresionante.Existen estudios realizados en el sur de Quito donde las mujeres están haciendo su trabajo en casa pero ponen un negocio en la puerta de su domicilio, salen a vender o tienen un trabajo por horas, que son formas de trabajo informal. En esa área hay muchas mujeres porque ahí ellas pueden manejar su tiempo, y así pueden ocuparse de ese servicio doméstico que no se visibiliza.
¿Hace falta un mecanismo para que las mujeres que trabajan en el sector informal tengan acceso a un Seguro Social?
Exactamente. Son mujeres que generalmente no tienen relación de dependencia laboral. Esa es una inquietud recurrente entre los grupos de mujeres de sectores populares.