El sermón, posterior a la lectura del Evangelio, fue una oportunidad para recordar la víspera de la Semana Santa. “La historia de la Semana Santa se repite siempre que una persona es secuestrada o, peor aún, asesinada”, señaló el sacerdote que ofició la misa. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Monseñor René Coba, secretario general de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, realizó la eucaristía para conmemorar el primer año de la confirmación del asesinato del equipo periodístico de EL COMERCIO.
La eucaristía se realizó hoy, sábado 13 de abril del 2019, en la Iglesia de San Agustín, en el Centro Histórico de Quito. Asistieron los familiares de los tres periodistas Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, amigos y colegas, que continúan pidiendo explicaciones sobre lo que sucedió hace un año.
Monseñor Coba, relató lo vivido hace un año. Aún recuerda que recibieron a la familia de los tres periodistas de EL COMERCIO e hicieron un llamado a los gobiernos de Ecuador y Colombia para que hagan todos los esfuerzos necesarios para su liberación.
La noticia golpeó a todo un país, incluida la Iglesia, señaló. Coba dejó un mensaje de aliento antes de la eucaristía: “Javier, Paúl y Efraín mostraron el arte de la vida, porque los periodistas son maestros de la verdad, los que arriesgan su vida”. Además aseguró que “la muerte no tiene la ultima palabra, ya que es el paso a la vida. Ellos están vivos”.
Hoy los familiares de los tres comunicadores comparten un mismo dolor, pero también una misma lucha: la búsqueda de la verdad. Lo corrobora Galo Ortega, padre de Javier. Él reconoce que ha sido un año difícil, pero asegura que “estamos luchando y seguiremos adelante hasta que se sepa la verdad y se haga justicia”. Su mensaje en la misa fue que no los va a olvidar.
Ricardo Rivas, hermano de Paúl, dijo -durante la ceremonia- que tratan de cerrar un ciclo de dolor, de encontrar respuestas. Ayer, 12 de abril, representantes de la tres familias estuvieron en Mataje, donde Javier, Paúl y Efraín fueron secuestrados. “El caminar por esos sitios tal vez nos hizo entender muchas cosas, nos hizo sentir que la lucha y la búsqueda de la verdad está basada en el amor”, expresó.
El sermón, posterior a la lectura del Evangelio, fue una oportunidad para recordar la víspera de la Semana Santa. “La historia de la Semana Santa se repite siempre que una persona es secuestrada o, peor aún, asesinada”, señaló el sacerdote que ofició la misa.
Contraria a una misa tradicional, en la que se realizó para conmemorar un año de la trágica noticia recibió en el altar de San Agustín a los familiares de los tres periodistas para rezar el Padre nuestro, tomados de las manos. Como símbolo de su exigencia por un Ecuador de paz, los familiares sostuvieron palomas en sus manos y las dejaron volar.
La conmemoración de un año de la confirmación de la muerte de Javier, Paúl y Efraín se trasladó de San Agustín hacia la Plaza Grande, sitio que se convirtió en un símbolo de lucha y exigencia de la verdad, desde la conformación del colectivo Nos Faltan Tres.
Ahí se inició una vigilia para recordar a los tres comunicadores. En la Plaza se colocaron carteles, velas y dibujos en honor a ellos. Estos fueron realizados por chicos del Colegio Municipal Calderón.