La televisión es sin lugar a duda el medio más utilizado a nivel mundial para la difusión de noticias, películas, programas educativos y de entretenimiento, documentales etc.
Entre nosotros está ampliamente difundido y podemos decir que no existe hogar alguno que no cuente con un televisor, que puede fomentar la unidad de la
familia y en muchos casos con dos o más, que pueden atentar contra su integración; se puede decir que es de todas maneras el principal medio de entretenimiento.
Pero lamentablemente, muchos de los programas son de muy pobre calidad, especialmente unos que se transmiten los fines de semana y entre semana en horarios estelares, que en un principio fueron muy oportunos, divertidos y críticos, pero que han llegado a ser vulgares y de mal gusto y que por tan repetitivos deberían ser mejorados o eliminados.
Hay sin embargo programas de gran calidad que se transmiten en estos mismos días, pero lamentablemente en horarios simultáneos y obviamente se sobre ponen, lo que ocasiona que el televidente pueda ver solamente el uno, privándose de ver el otro; posiblemente un acuerdo entre canales podría eliminar este problema.
Varios espacios noticiosos son también transmitidos en horarios simultáneos, pero esto no constituye problema ya que con ver uno de ellos basta, pues todos transmiten lo mismo y lo mismo.
Las entrevistas de carácter político son muy interesantes aunque el entrevistado se ve continuamente interrumpido por el entrevistador, pues generalmente tratan sobre tópicos de actualidad, pero el nombre del o los participantes se los anuncia únicamente al comienzo del programa y muy rara vez durante el desarrollo del mismo. Esto, si se sintoniza la entrevista ya comenzada y no se conoce a los entrevistados, fácilmente se puede perder el interés en la misma.
Las señoritas anunciadoras, todas muy guapas por cierto, generalmente hablan a velocidad sin preocuparse de vocalizar con claridad por lo que el televidente puede perder palabras especialmente al final de una frase.
Igualmente, cuando anuncian números telefónicos o páginas Web, lo hacen tan rápido que no dan tiempo a anotarlas anulando el objetivo del anuncio.
Sobre la cantidad exagerada de propagandas y la vulgaridad de ciertas telenovelas, mejor ni hablar.
Estas son algunas de las deficiencias de las que adolece nuestra televisión y que las televisoras deberían tratar de corregirlas.