Espinosa fue embajadora ante la ONU en Ginebra; ministra de Defensa, Coordinadora de Patrimonio y de RR.EE.; exepresentante ante la ONU. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
Entrevista a María Fernanda Espinosa, ministra de Relaciones Exteriores.
¿Cuáles son los lineamientos que seguirá la Cancillería, puertas adentro, para este período?
Primero se dará una gran prioridad a la carrera diplomática. Debemos ir ajustando la formación de nuestro Servicio Exterior, de acuerdo con las necesidades actuales y a nuestra agenda. Estamos trabajando en una propuesta de formación con el Instituto de Altos Estudios Nacionales.
¿Esto conlleva la revisión de las sedes diplomáticas?
Estamos haciendo una rápida evaluación, ver si necesitamos ampliar nuestra red de embajadas, consolidar o dar prioridad a unas más que a otras. En las próximas semanas tomaré decisiones sobre eso. Hemos avanzado muchísimo, tenemos presencia donde antes no teníamos. Pero tenemos que, por ejemplo, fortalecer ciertas ubicaciones.
¿Qué sedes se está considerando reforzar?
Por ejemplo en Holanda, en La Haya. En un momento se pensó que, por reciprocidad, debíamos tener un consulado. Pero es un destino multilateral, está la Corte Penal Internacional de Justicia, la Corte de Arbitraje. Por lo tanto, necesitamos una embajada que se encargue de esos temas.
¿Implicará presupuesto?
Estamos en austeridad. Pero vamos a ir modulando. Quizás reducir nuestra presencia acá, pero fortalecer allá. Además, tenemos un análisis de planta óptima, es decir, cuánta gente necesitamos en cada embajada y consulado, de acuerdo con las necesidades actuales. Ya se hizo en 2009 o 2010, pero ahora es un nuevo momento y lo estamos evaluando.
¿La reorganización del Servicio Exterior incluye el cambio de embajadores?
Muchos de los embajadores están empezando a salir, porque ya cumplían su tiempo. Pero estamos armonizando la presencia de embajadores de carrera con los de designación política. La relación es, más o menos, 65% y 35%, respectivamente. Las primeras designaciones están partiendo a sus destinos. Estamos haciendo un refrescamiento de los consulados, algunos cónsules están ya 10 años en sus puestos.
¿Han recibido el beneplácito para algún nuevo embajador?
Hemos pedido varios beneplácitos. Pero eso depende del régimen administrativo de los países. No hay un plazo fijo. Ayer (jueves) llegó el beneplácito para Cristóbal Roldán que será nuestro embajador en España. Tomó tres o cuatro semanas. El que le acaban de dar a nuestro nuevo embajador en Argentina (Fernando Yépez), demoró entre una semana y 10 días.
En cuanto a la Agenda de Política Exterior, ¿cómo avanza su construcción?
Hemos traducido a la Cancillería el llamado al Diálogo Nacional del presidente Lenín Moreno. Abrimos las puertas a todos los que quieran participar en su construcción. Llevamos ya tres mesas de diálogo y tendremos otras en Guayaquil, Esmeraldas, Cuenca, Montecristi. A finales de agosto tendremos una primera versión de la nueva agenda, que se empata con el Plan Nacional de Desarrollo y las prioridades para nuestro presupuesto.
¿Cuáles son las prioridades en la Política Exterior?
En la agenda bilateral la prioridad es promover las exportaciones con valor agregado, atraer mayor inversión y turismo. Vamos a mantener relaciones estrechas con Colombia y Perú, eso es fundamental. Además, fortaleceremos la integración regional con la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad Andina, como expresidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, y tratando de resolver algunos entuertos en Unasur, para contar con un nuevo Secretario General.
En ese último caso ¿se avizora un consenso para designar un Secretario?
Mantenemos un diálogo permanente con Argentina, que ejerce la Presidencia. Ecuador ha hecho varias consultas, nos hemos movido bastante para tratar de acercar posiciones. Pero el trabajo de la Unasur sigue todos los días, con los consejos y comisiones.
Unasur apoyaba el diálogo en Venezuela. ¿Hoy qué plantea Ecuador?
Reiteramos la no injerencia y la autodeterminación de los Estados. La actitud de Ecuador es de un profundo respeto. Hemos estado trabajando en el tema de Venezuela, con silencio, con seriedad, respetando las instancias. Se trata de comprender la situación interna y prestar el acompañamiento si somos requeridos. Sin imposiciones ni sanciones. Varias iniciativas internacionales se han topado con un muro, como en la Organización de Estados Americanos, porque no han tenido esa sensibilidad.
Y ¿en los temas multilaterales cuáles son las prioridades?
El G77+China es una prioridad, ejerceremos la Presidencia hasta fin de año. Tenemos una agenda ambiciosa con temas sobre el cambio climático, financiación para el desarrollo, derechos de movilidad humana, justicia fiscal. Está la iniciativa de diplomacia verde: el Presidente invitará a los ocho países de la cuenca Amazónica para llegar a un acuerdo de deforestación cero.