En Quito, estudiantes de Medicina marcharon ayer con carteles para pedir seguridad. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Hubo malestar entre los universitarios. Todos gritaron para que la muerte del estudiante de Medicina Luis Viteri se aclare. Así se concentraron este miércoles, 12 de diciembre del 2018, en la Facultad de Medicina de la Universidad Central y marcharon hasta la Fiscalía y la Corte Nacional. El grupo elaboró una pancarta blanca, con la foto de Viteri y la frase “Justicia para Luis”. “Justicia, Justicia Luis Fernando”, gritaron. Otros pidieron “más presupuesto para seguridad”.
Luis cursaba el séptimo semestre de Medicina en la Universidad Central. Quería ser cirujano, pero la semana pasada apareció muerto.
Edwin Enríquez era uno de los compañeros de Viteri y marchó, para que esta muerte “no quede en la impunidad”.
Lo último que se supo del joven fue que asistió a una reunión con seis amigos. A la medianoche, del pasado viernes 7 de diciembre, él y un compañero tomaron un taxi para dirigirse a sus casas ubicadas en el norte de la capital, pero no llegaron.
Al parecer fueron drogados para robarles. La Policía halló los restos de Viteri en el sector de Carcelén Industrial. Mientras que su compañero sobrevivió y fue hospitalizado.
La Policía rastrea qué sucedió y si detrás de este caso hay alguna banda. Entre enero y noviembre, la Policía Judicial reportó en Quito 376 robos a personas con escopolamina. El año pasado hubo 370 casos.
Agentes que investigan este tipo de delitos han determinado que las bandas que roban con droga tienen toda una estructura delictiva para operar.
Christian Rueda, comandante del Distrito Eugenio Espejo, indicó a este Diario que el punto más conflictivo donde se han registrado robos con el uso de droga es en La Mariscal, en el norte de la capital.
Estas bandas están conformadas hasta por seis personas. Unos seleccionan a la víctima y otros colocan escopolamina.
La mayoría de casos que los agentes han detectado hasta ahora sucede en el interior de bares o discotecas. Una vez que la droga hace efecto, la persona afectada empieza a experimentar mareos y no es consciente de lo que realiza. En ese momento se llevan celulares, joyas y dinero en efectivo.
Luego son sacados de las discotecas y los llevan en un auto. Les quitan las tarjetas, piden las claves de los bancos y retiran dinero del cajero.
Los amigos de Viteri piden que se aclare todo lo sucedido con él. Este miércoles, Josué recordó que para Navidad le iba a regalar un accesorio para la guitarra, pero no pudo hacerlo. Lo dejó sobre el ataúd, durante el velatorio de la semana pasada.
Los universitarios marcharon con sus mandiles. Llevaban globos y pancartas. Allí estuvo Juan José Reyes. Él fue quien ayudó a tomar un taxi a Luis y otro amigo. “Les dije que me escribieran cuando llegaran a la casa, pero no lo hicieron”.
Dos horas después, una amiga le llamó al celular y le dijo que estaban desaparecidos. “Me puse a llorar y llamé al hermano de Luis para ver si era cierto y me dijo que sí”. Al siguiente día fue a verlo en la morgue.
La teniente Ana Camacho, jefe del subcircuito de Policía de La Mariscal, indicó que este tipo de robos ocurre con frecuencia en sitios públicos, en centros de diversión nocturna o en taxis o buses.
Las bandas también suelen poner el narcótico en hojas volantes entregadas en la calle.
Luego del robo, los sospechosos abandonan a las víctimas en parques o lugares sin suficiente iluminación .
Durante el feriado por las fiestas de Quito, la Fiscalía recibió ocho denuncias de robo con escopolamina. Estos ilícito supuestamente fueron cometidos por una misma banda que operaban en los bares del norte y sur de la ciudad.
La noche del martes, 20 policías vestidos con pasamontañas, uniforme camuflaje y con fusiles ingresaron a una casa de departamentos en el sector de La Mena 2 (sur de Quito) .
Cerca de las 21:00, dos agentes rompieron con un ariete la cerradura de la puerta y entraron todos. En el segundo piso, los gendarmes allanaron un departamento que tenía un fuerte olor a marihuana.
En este inmueble fueron detenidas tres personas sospechosas de pertenecer a una organización delictiva dedicada a robar a la gente con el uso de estupefacientes. Dos mujeres lloraban y un hombre solo escuchaba lo que sucedía. Permaneció en silencio mientras la Policía requisaba.
En dos allanamientos más fueron detenidos otras cuatro personas. En el operativo, los agentes de la Policía Nacional se incautaron de 475 pastillas de escopolamina, USD 1 580, 11 celulares, cinco tabletas, una laptop, siete televisores, dos billeteras y ropa de marca.