Manuela Picq, junto a su pareja, en el aeropuerto de Quito. Foto: Mariela Rosero/ EL COMERCIO.
A las 15:35 llegó Manuela Picq al aeropuerto internacional Mariscal Sucre de Quito, luego de que decidiera abandonar Ecuador porque considera que no existen garantías. Con coplas cayambeñas, la recibió Rosita Lanchimba.
Es la guitarrista que ha estado en todos los plantones de mujeres indígenas y feministas en Quito desde el pasado 11 de agosto. En la terminal aérea de Tababela, los pasajeros y quienes despedían o recibían a familiares miraron a la periodista y politóloga brasileña-francesa. Picq estuvo junto a su pareja, Carlos Pérez Guartambel, presidente de la Ecuarunari. No se soltaron las manos.
“Siento mucha pena por la situación. En sus zapatos haría lo mismo”, dijo Judith Valdez, ciudadana que acudió para despedir a su hermana que viaja a Londres.
“Chulla vida que se tiene Manuelita/ hay que saberla defender/ hay que saberla disfrutar”, cantó Rosita acompañada de su guitarra.
En este momento, a las 15:45 del viernes 21 de agosto, Manuela Picq está realizando los trámites para abordar el vuelo de Avianca rumbo a Brasil. Allá la espera si madre. Carlos Pérez le ayudó y fue a poner seguridades en las maletas. “Estamos contigo compañero”, gritan en el aeropuerto. El exasambleísta por Packakutik, Jerónimo Yantalema, está presente. Aplaude. Hace fotos.
La pareja está triste. No habla mucho en los apuros. Ella dice que volverá pronto. Tramitará la visa Mercosur.