Redacción Quito
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Manuel Bohórquez, uno de los tres ediles rurales del Concejo Metropolitano, estudió en dos colegios. Los primeros años estuvo en el Mejía. Luego pasó por las aulas del Colegio Militar Eloy Alfaro, donde se graduó. En este establecimiento conoció a Lucio Gutiérrez por recomendaciones de familiares.
HOJA DE VIDA
Manuel Bohórquez
Nació en la parroquia Pifo, hace 45 años, pero vive en Tumbaco desde hace ocho años.Está casado con Patricia Villamarín. Tiene cuatro hijas.
Ingeniero Civil graduado en la U. Central. Nunca ha ocupado un cargo público. Su último empleo fue como rector de la unidad educativa San Sebastián de Pifo.Bohórquez recalca que el líder del Partido Sociedad Patriótica (PSP) no es su pariente, pero sí hubo mucho acercamiento entre ambos.
En 1977, Gutiérrez representó, como padre de familia, al concejal en el colegio y desde allí se consolidó su amistad.
Sin embargo, cuando terminaron la secundaria se distanciaron y no volvieron a conversar hasta luego de dos décadas. “En la asonada del 21 de enero de 2000 miré al ingeniero (Gutiérrez) por televisión. Entonces viajé para apoyarlo en su proyecto y participar en política”, dice Bohórquez.
El edil recuerda que trabajó en la campaña del PSP. Allí recorrió las parroquias de Pichincha. Pero por un desacuerdo –prefiere no revelarlo- con los dirigentes del partido se desvinculó del movimiento y prefirió trabajar en varios proyectos personales en su parroquia natal Pifo.
Bohórquez nació en esa zona rural de Quito el 18 de octubre de 1964. Durante su infancia, en la escuela Ricardo Rodríguez, se destacó como estudiante y como presidente de los distintos grados. Incluso salió abanderado.
Para estudiar en el colegio viajó a la capital. Primero al Mejía y luego se cambió al Militar. Lucio Gutiérrez rememora que en esas épocas juveniles Bohórquez lo invitaba en enero, varias veces, a las fiestas de la parroquia.
“Desde ese entonces, él no hablaba mucho. Decía poco, pero hacía mucho. Yo lo conocí con esa personalidad de introvertido. Pero cumplidor”, dice el ex Presidente de la República.
A los 17 años, Bohórquez formó parte de la Liga Cantonal de Pifo. El gusto por el fútbol y el deporte lo vincularon con la dirigencia. Margoth Jaramillo, presidenta de la parroquia Pifo, cuenta que como dirigente deportivo recibió elogios y críticas.
Bohórquez estableció en el reglamento de Liga que ningún deportista seleccionado puede, al mismo tiempo, ser deportista y dirigente.
“El fue el último que llegó a ser dirigente siendo seleccionado. Pero también tuvo muchos aciertos e hizo obras”.
La vida académica del Concejal, presidente de la Comisión de Patrimonio, continuó en la universidad Central. Para empezar a estudiar ingeniería civil abrió un negocio propio que consistía en distribuir alimentos hacía distintas zonas de Quito.
Eso le permitió financiar los primeros años de estudio. En esta etapa también conoció a su esposa, Nora Patricia Villamarín. Para establecer su familia abandonó la universidad. Actualmente tiene cuatro hijas y vive en la parroquia de Tumbaco.
Impulsó su negocio de distribución de alimentos y, posteriormente, se vinculó como obrero residente encargado de obras gubernamentales. Nunca tuvo un cargo público.
El edil logró su título de ingeniero civil y se propuso abrir una escuela en Pifo, donde trabajó durante un tiempo. Ese fue su último empleo (rector de la unidad educativa San Sebastián) antes de ocupar el cargo de concejal en el Municipio.
Jaramillo explica que después de que hizo campaña por el PSP, en 2000, se cambió de partido. El resentimiento con Sociedad Patriótica lo animó a vincularse al Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian). Aunque no fue candidato a ningún cargo, se cambió de movimiento. Este año volvió al PSP para candidatizarse a concejal.
“Eso no fue bien visto entre los que le conocían en la parroquia. Como político joven, no debía haber abandonado a su partido. Eso fue lo criticable de Bohórquez”, agrega Jaramillo.
El Concejal no es muy expresivo en las entrevistas. Sus respuestas siempre son cortas; habla poco. Los concejales y asesores que lo conocen confirman que siempre es reservado.
Los dirigentes de PSP no olvidan la última campaña en la que participó. En cada parroquia de Pichincha donde llegaba la caravana, Bohórquez entregaba plantas y árboles para sembrar.
“El mensaje que difundía era de conservación de nuestra tierra. Él llegó a ser edil con propuestas claras para las parroquias”, finaliza Gutiérrez.