La semana anterior comentamos sobre la importancia de los resultados de la cumbre que sobre el cambio climático se realizará en diciembre en Copenhague.
En dicha reunión se establecerán metas para que los países se comprometan a reducir las emisiones de gases tóxicos que están produciendo el calentamiento global. Adicionalmente, se establecerá un fondo con aportes de los países industrializados para apoyar financiera y tecnológicamente a los países de menores recursos. En este sentido, el Presidente del Brasil ha convocado a los gobernantes de los países amazónicos a una cumbre en la ciudad de Manaus, para discutir una postura común sobre el cambio climático.
Los gobernantes de los ocho países y de un territorio de la Región Amazónica pretenden alcanzar un acuerdo para reclamar apoyo financiero y tecnológico que permita impedir la destrucción de la Amazonia que alberga un tercio de la diversidad biológica del planeta.
A pesar de la importancia de esta reunión, solamente han confirmado su presencia dos jefes de Estado, los restantes seis países estarán representados por los vicepresidentes o los cancilleres.
La iniciativa del Presidente de Brasil, pone en evidencia una vez más, el liderazgo que la segunda economía de América y el Caribe, está ejerciendo sobre toda la región.
De ahí que la reunión de Manaus, que persigue lograr un frente común en la próxima cumbre mundial, no debería ser tomada a la ligera, sino que se le debe dar la importancia que se merece, ya que, de la unión de los países con importantes ecosistemas que proteger, dependerán los resultados que puedan lograrse.
Caso contrario la Cumbre de Copenhague, terminará siendo letra muerta como lo fue el Tratado de Kyoto. Para evitar lo anterior, y que la próxima cumbre sea un éxito, los países industrializados y los menos desarrollados deberán llegar a un acuerdo sobre las metas para reducir de los gases tóxicos que causan el efecto invernadero, y sobre el monto del financiamiento que se asignarán a los países con importantes ecosistemas para que protejan los bosques húmedos.
Tal como lo expresáramos en la entrega anterior, dicho financiamiento deberá de estar libre de condicionalidades salvo aquellas vinculadas a los acuerdos.
Si se pretende incluir condiciones con respecto al manejo económico de los países menos desarrollados para asignar recursos, el programa de financiamiento no llegará a ningún lado.
El financiamiento deberá estar libre de ataduras y exigencias, para que los países menos desarrollados cumplan con los compromisos adquiridos.
Además, los países industrializados, que son los que más contaminan el medio ambiente, deberán cumplir de marea estricta la metas de reducción de los gases tóxicos. Un acuerdo de responsabilidades compartidas logrará contrarrestar el calentamiento global.