La asambleísta Magali Orellana fue suspendida por 30 días por el Consejo de Administración Legislativa de la Asamblea Nacional. Foto: EL COMERCIO
“Es para mí un orgullo volver. Y agradezco por estar del lado de la oposición, cómo el 80% del país”. Así empezó su intervención Magali Orellana, en la primera sesión del Pleno de la Asamblea Nacional que presenció luego de que el CAL la sancionara por 30 días.
Luego de sus palabras, los legisladores de oposición la aplaudieron al unísono y los oficialistas pidieron punto de orden, para que Orellana se refiriera exclusivamente al orden del día. En ese momento se trataba el allanamiento al veto presidencial en la Ley de Ordenamiento Territorial.
Luego, tras la sesión plenaria de este martes 28 de junio del 2016, Orellana se dirigió a los medios de comunicación y volvió a criticar su suspensión de 30 días sin sueldo por “protagonizar incidentes violentos en las sesiones del pleno, y maltratar de palabra o de obra a los asambleístas o funcionarios de la Asamblea Nacional” y la comparó con la polémica de Esperanza G.
“Me suspendieron por pedir la palabra y por decirle la verdad a la presidenta de la Asamblea Nacional. Ahora corroboro mis palabras, cuando Rivadeneira dice que se le ha pagado a una asambleísta detenida por un vacío legal”, dijo.
Añadió que esta aseveración es cómo que “un panadero dijera que no vende porque no tiene pan”. Explicó que si Gabriela Rivadeneira hubiese querido retirar el sueldo a Esperaanza G., únicamente debió proponer una reforma y aprobarla con la mayoría oficialista.
Añadió -sobre está problemática- que ahora el Consejo de Administración Legislativa (CAL) deberá resolver la prohibición de pago a Esperanza G., puesto que el Informe de Contraloría cuestionó eso.