En el expediente por la muerte de Carolina, la Fiscalía rastrea una posible red de trata. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
El caso de Carolina prendió las alertas sobre pornografía infantil. Tras el allanamiento a la casa de ‘El Abuelo’, los agentes hallaron cámaras con “posibles fotografías de menores”. El caso se investiga y la Policía arrancó un programa en redes sociales para frenar estas mafias y para que los padres sepan cómo actuar en este tipo de casos.
El año pasado, la Policía ejecutó 16 operativos en seis ciudades. En Quito, Guayaquil. Manta, Cuenca, Loja y Ambato, los uniformados detuvieron a 31 sospechosos que explotaban sexualmente a 20 menores de edad. En esas intervenciones, los agentes encontraron 62 celulares y 10 computadoras.
Los agentes han detectado las formas de cómo operan las bandas o personas que cometen el delito de pornografía infantil. Según el Código Penal (art.103) ese ilícito es penado con cárcel de 13 a 16 años.
Hay organizaciones delictivas que contactan a los niños y adolescentes a través de Internet para amenazarlos. En febrero de este año, los agentes conocieron el caso de Amelia, una menor de 7 años que fue víctima de una red internacional de pornografía.
La infante veía videos en Internet y un día dio clic en un link. Automáticamente se descargó al celular una aplicación para conversar con desconocidos. Un hombre empezó a interactuar con ella. Le preguntó la dirección de su casa y sobre cómo estaba conformada su familia. Amelia le contó que tenía dos hermanas gemelas de un año. Entonces, el desconocido le dijo que él conoce donde vive y que si no le envía fotografías de sus partes íntimas le iba a hacer daño a sus hermanas. Por temor, la niña accedió y le envió imágenes y videos.
Luego le pidió que tome fotos a las gemelas, pero no lo hizo. La niña avisó a un familiar y hoy el caso está en la Fiscalía.
Entre el 2015 y marzo de este año, la Fiscalía recibió 392 denuncias de pornografía infantil a escala nacional.
En el caso Carolina, agentes indagan si la finalidad de la red de trata era captar a menores para someterlas y comercializar por Internet las imágenes.
Los investigadores no descartan que en las caídas que organizaba alias ‘El Abuelo’, supuesto cabecilla de la banda, las adolescentes eran inducidas a tener relaciones sexuales con extraños y con miembros de la banda delictiva, mientras eran fotografiadas y grabadas.
El personal policial que sigue estos expedientes sabe que las bandas de pornografía infantil usualmente extorsionan a los menores. Un hombre, de 41 años, contactaba a niñas y adolescentes a través de redes sociales. Utilizaba perfiles falsos y atraía a las menores.
Luego les pedía fotos y videos de sus cuerpos. Cuando obtenía el material les obligaba a tener relaciones con él.
Si no accedían les decía que difundiría las imágenes íntimas en sus redes sociales. La Policía aseguró que las jóvenes que fueron víctimas presentaron una denuncia.
Luego de investigaciones, la madrugada del pasado 26 de marzo, la Policía detuvo al sospechoso en su domicilio, en Baños (Tungurahua). Además, allanaron el inmueble y encontraron como evidencias tres celulares, una tablet y tres tarjetas de memoria con imágenes de niñas desnudas.
De enero a marzo de este año, la Policía hizo 10 operativos en el país y detuvo a 10 personas que habrían explotado sexualmente a ocho menores.
En año pasado, en otro operativo fue detenido en Quito un hombre acusado de distribuir pornografía infantil en Sudamérica. En su casa se encontraron videos de contenido sexual, fotos de niños. Se presume que él usaba a dos niños que vivían en el mismo barrio.
Los agentes saben que para cometer ilícitos, las bandas se ganan la confianza de los niños y hasta enamoran a los adolescentes. Tras el asesinato de Emilia, ocurrido en Loja en el 2017, se detectó una red de pornografía infantil. La niña de 9 años fue secuestrada por su instructor de baile.