El centro de Macas tiene calles en buen estado, pero hay constantes cortes de agua. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
En Macas, capital de Morona Santiago, se identificaron cuatro retos principales para impulsar su desarrollo: un plan de ordenamiento territorial, ampliar y mejorar los servicios básicos, invertir en vialidad y reubicar al aeropuerto Edmundo Carvajal.
Estas tareas pendientes fueron determinadas por la actual administración. Según las autoridades, la ciudad ha crecido de forma desordenada y a partir de la ubicación del aeropuerto, que ocupa 37 ha del centro. La expansión urbana se dio hacia el norte y el sur, y en algunos sectores no hay cobertura de agua ni alcantarillado.
Eso ocurre en los barrios La Unión, 27 de Febrero, Florida, Sangay, 5 de Octubre y Tingüichaca, ubicados en el norte. Lo mismo ocurre en Yarbas, La Barranca y El Rosario, en el sur. En este último barrio, que empezó a poblarse hace más de 10 años, vive Ana Lliviura.
A diario, ella almacena agua en un tanque para cocinar y para el aseo personal, porque el suministro llega por horas. Las calles de su sector son de tierra y no hay alcantarillado.
El barrio Florida (en el norte de la ciudad) no cuenta con el servicio de alcantarillado. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
“Sufrimos siempre. En verano, el polvo; en invierno, el lodo, y todo el tiempo sin agua”, dijo, mientras lavaba su ropa. Según su vecino José Tiviram, las autoridades ofrecen desde hace más de ocho años el alcantarillado, pero no cumplen.
En el cantón Morona, la cobertura de agua potable alcanza al 67% de la población y el alcantarillado, al 48%. La situación del agua potable es crítica, por eso, al finalizar la administración anterior se decretó la emergencia y aún se mantiene.
La razón es que el sistema de agua de San Isidro está colapsado, porque ya cumplió su vida útil y la suspensión del servicio es frecuente. Hay otro sistema provisional, pero también tiene limitaciones.
La emergencia se decretó para comprometer recursos directos para solucionar el problema. En un estudio realizado en el 2018 se recomienda construir una nueva planta de agua potable y luego ampliar las redes de agua y alcantarillado.
Para la zona urbana se necesitan USD 5 millones y la misma cantidad para las cabeceras de las parroquias rurales. Pero el presupuesto anual del Municipio de Macas es de USD 19 millones por asignaciones y la Ley Amazónica.
Para el alcalde, Franklin Galarza, esos recursos son insuficientes para estas obras y no se puede seguir con reparaciones parciales, por ello buscará créditos con el Banco del Estado o en la banca privada.
Según el último censo de población del INEC, Macas tenía 42 479 habitantes en el 2010. La proyección para el 2020 es de 58 281 habitantes. Para las autoridades municipales, ese crecimiento hay que planificarlo para que no falten los servicios básicos, dijo Galarza.
El primer paso será la contratación del plan de ordenamiento que establecerá las directrices sobre el orden físico del territorio, identificando hacia dónde puede crecer la ciudad, zonas de riesgo y áreas de conservación natural.
Para el Alcalde, ese plan debe incluir la reubicación del aeropuerto, construido con fondos de la paz e inaugurado en el 2002. Su objetivo es ocupar ese terreno para consolidar el crecimiento urbano.
Hasta hace cinco años, desde esa terminal aérea había vuelos comerciales a Guayaquil y Quito. Ahora solo es utilizada por cuatro empresas de avionetas (10 vuelos diarios), que van a las comunidades de la cordillera del Transcutucú.
En la terminal no hay ninguna otra actividad. El patio de comidas cerró y no hay acceso al público. Allí laboran 10 personas, entre administrativos, personal de limpieza y seguridad. Cuando se inauguró el lugar eran más de 30 empleados.
La vialidad es otro tema pendiente y afecta a los agricultores, a ganaderos y al turismo, principalmente. La Municipalidad tiene cerca de 500 kilómetros de carreteras bajo su competencia. Cada año se intervienen menos de 100 kilómetros, entre obras de mantenimiento y asfaltado.
La mayor cantidad de vías es de tierra, el asfaltado se concentra en el centro de la ciudad. Hay carreteras importantes que llevan a sitios turísticos, como el Parque Nacional Sangay, que son de tierra y están en pésimo estado.