Río de Janeiro, DPA
El gobierno brasileño de Luiz Inacio Lula da Silva está convencido de que el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, fue el mentor del plan de regreso a Honduras del presidente destituido Manuel Zelaya, quien desde el lunes pasado se encuentra albergado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Según asegura hoy el diario “O Estado de Sao Paulo”, tanto asesores de Lula como la Cancillería brasileña creen “que la infraestructura y la logística para el retorno clandestino de Manuel Zelaya a Honduras tuvieron la participación del presidente venezolano, Hugo Chávez”.
“El líder venezolano habría incluso aconsejado a Zelaya a buscar la embajada brasileña”, agregó el reportaje, que apuntó que la representación de Brasil habría sido considerada como el lugar de refugio más seguro para el presidente derrocado.
“Chávez habría dicho a Zelaya que las embajadas de venezuela, México, Costa Rica y El Salvador, entre otras, podrían ser atacadas por las fuerzas del gobierno de facto, a raíz de la cercanía entre el presidente destituido de Honduras y los gobiernos de esos países”, afirmó el rotativo.
Ninguna fuente del gobierno brasileño confirmó hasta ahora las informaciones del reportaje. Oficialmente, Brasil asegura que no tuvo participación ni conocimiento previo del regreso de Zelaya a Honduras, y que se limitó a aceptar recibir al gobernante derrocado en la embajada en Tegucigalpa, que desde el lunes sufre el asedio del gobierno de facto. Brasil condenó desde el primer momento el golpe de Estado del 28 de junio pasado en Honduras.
El embajador del país sudamericano en Tegucigalpa permanece en Río de Janeiro, y Brasil suspendió la concesión de visas para el ingreso de hondureños en el país, además de suspender los programas de cooperación económica con Honduras.
En el discurso pronunciado este miércoles en la apertura de la 37. Asamblea General de las Naciones Unidas, Lula volvió a insistir en el retorno inmediato de Zelaya al poder.
Además, Brasil ha solicitado una convocatoria de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para analizar la situación política en Honduras tras el regreso de Zelaya y demandar garantías de seguridad física para el mandatario destituido y de inviabilidad de la representación diplomática brasileña en Tegucigalpa.