Redacción Loja
Entre conversaciones y risas, un grupo de mujeres golpea y refriega la ropa empapada en jabón. La tarde cae en la lavandería Reina de El Cisne y las 32 piedras se desocupan.
El bullicio disminuye a las18:30. A esa hora, un silbido que apenas se escucha sale de la cárcel que colinda en el costado izquierdo de las lavanderías.
Son 25 años que María Muicela lava ahí. “Siento tranquilidad, hay calma, y no más bulla que la que nosotras hacemos”, cuenta.
A dos cuadras del sitio, existen barrios como Los Faiques, Panecillo y Tejar de Jericó. Pero, ninguno de los vecinos se queja por la ubicación del Centro de Rehabilitación Social.
Cuando fue construida la cárcel, hace 38 años, su ubicación estuvo fuera del área consolidada. Sin embargo, desde hace 24 años superaron ese límite ciudadelas como Zamora Huayco y Rodríguez Witt.
Esta última está ubicada a 600 m de distancia del centro carcelario y es un conjunto de viviendas de lujo y de alta plusvalía. Los habitantes dicen que la tranquilidad se debe a que en la cárcel no hay presos peligrosos.