Santiago zeas
Corresponsal en Bogotá
A Karl Troller no le asustó la popularidad de Facebook cuando aceptó escribir para la revista Soho un artículo crítico contra la red social.
El comunicador, humorista y actor colombiano aprovechó el espacio para burlarse del concepto de amistad construido desde esa comunidad virtual. A él le parece una locura creer que alguien pueda tener más que un puñado de amigos con el que salir a tomar una cerveza y hablar de mujeres.
Soy un humorista político. Me encanta realizar comentarios sobre la realidad política y a eso me he dedicado casi toda la vida. He dirigido varias revistas de humor. La primera se llamaba Chapinero.
No puedo dejar de reírme. Cuando un querido amigo se hospedó algunos días en mi casa, no entendía cómo podía empezar desde las seis de mañana a reír. Definitivamente no puedo dejar de hacerlo. ¿De verdad odia a Facebook?
Para nada. Lo que pasó es que me pidieron un artículo para que hable mal de Facebook y lo hice.
¿Desde entonces han aumentado o disminuido sus amistades virtuales?
Han aumentado. Pero igual hubo gente que me dijo que era un troglodita que no entendía lo que eran las comunidades virtuales, pero no les paré bola.
¿En lugar de no pararles bola no era mejor enviarles una solicitud de amistad?
No, porque ya eran amigos míos.
¿No lo bloquearon?
Tendría que revisarlo, pues desde entonces no los he vuelto a contactar (risas).
¿Cuántos amigos tiene en Facebook?
Como 1 500. De ellos debo conocer 300, que es bastante (risas).
¿La amistad está desvirtuada en Facebook?
Creo que una persona tiene de cinco a 10 buenos amigos. Ya tengo 48 años y ya sé más o menos cuáles son mis reales amigos. Cuando me casé hace poco, solo invité a mis cinco mejores amigos. Me tocó dejar a 1 500 por fuera.
¿Al menos anunció su matrimonio y colgó las fotos?
No he subido ninguna foto porque a mi esposa no le gusta demasiado salir a la luz pública (risas).
¿No será que a Ud. no le gusta Facebook porque a su esposa no le agrada?
(Más risas) A ella sí le gusta, pero no publicar fotos. Me parece divertido Facebook; claro que ahora que saltó el caso del universitario que formó una página amenazando al hijo del presidente Uribe pasó de una red social a una red antisocial.
¿Qué hace cuando llega una solicitud de amistad?
Hay mucha gente que quiere ser mi amiga y no la conozco. Igual acepto sus solicitudes.
¿Por qué?
De todas maneras es de mala educación rechazar a alguien.
¿No es más fácil rechazar en una red social?
Pues sí. Muchos ni siquiera ponen sus fotos y no entiendo por qué quieren ser amigos de otra persona. Lo chistoso es el concepto de amistad que se tiene, porque uno no termina siendo amigo de nadie. A duras penas con los viejos amigos se tiene la oportunidad de escribirse un par de veces…
¿Un problema de etiqueta?
Al menos yo creo eso. En verdad no son amigos. El término amistad se ha desvalorizado últimamente, más allá de Facebook, incluso por los propios amigos que se han vuelto unos ‘hampones’: no llaman en el cumpleaños ni se comunican cuando se está mal.
Él dice que cree que todo tiene origen en 1973, con esa canción de Roberto Carlos, quien quería tener un millón de amigos. “Pero en verdad, ¿quién quiere tener un millón? ¡No hay cómo atenderlos ni visitarlos!”.
¿Entonces la red se parece más a una campaña política?
Así es. De hecho los políticos se han aprovechado de eso para hacer publicidad. En verdad es una cuestión de adherir. El político ‘adhiere’ electores, las personas no adhieren amigos, los construyen. Eso es imposible en Facebook.
¿Pero con esta vía es más fácil que el común de la gente acceda a los famosos?
Sí, pero creo que todos esos famosos que tienen una página ni las revisan.
¿Quiere decir que Roger Federer no escribe los mensajes en su muro?
Especialmente creo que Roger Federer no quiere tener amigos, porque ni acepta entrevistas. En el mejor de los casos, escribe su jefe de prensa.
¿Y Ud. maneja su página o alguien más lo hace?
Eso pasaría si fuese muy famoso, pero no es el caso.
¿Qué es lo divertido de Facebook que Ud. sigue ahí?
Creo que es esa cuestión voyeurista de ver las fotos de los demás.
¿Ud. fisgonea a sus amigos?
Prefiero a las personas desconocidas, sin que se enteren. El encanto está en compartir la vida con los demás; es un momento de fama.