“Algunas se volvieron histéricas, yo entre ellas”. Kaltuma Wari, una madre de nueve hijos, fue capturada por Boko Haram cuando buscaba a los suyos en las calles de Baga, donde el grupo islamista llevó a cabo el ataque más sangriento de los últimos seis años.
“Salí con mis tres hijos menores buscando a mi esposo y a mis otros niños, pero me topé con un grupo de cinco hombres armados de Boko Haram”, cuenta a la AFP esta mujer de 40 años.
“Me preguntaron adónde iba y les dije que estaba buscando a mi esposo y a mis hijos. Me dijeron que no perdiera tiempo buscando a nadie porque los habían matado a todos”, agrega.
“Me dijeron que acababan de matar a un hombre y a sus hijos […] y que los siguiera”.
Wari dudó en hacerlo, hasta que uno de los hombres le apuntó con su arma y decidió seguirlos. La llevaron hasta un internado de chicas en la ciudad que estaba lleno de mujeres y niños.
“Había más de 500 mujeres y cientos de niños”, declaró por teléfono desde Maiduguri, la capital del estado de Borno, donde logró llegar esta semana.
Wari contó que algunas mujeres permanecían en dormitorios o clases y otras en el exterior, pese al Harmattan, un viento frío y seco.
“A muchas de nosotras nos separaron de nuestros hijos y esposos […] No tocaron a ninguna mujer, pero le prestaban más atención a las jóvenes”.
También recuerda que “las vigilaban permanentemente y siempre las acompañaba un hombre armado, fueran adonde fueran, incluso al baño”.
Wari cuenta que los combatientes de Boko Haram trajeron comida de los mercados y tiendas saqueadas y forzaron a las mujeres a cocinar para ellos, pero muchas mujeres, apenadas por lo ocurrido a sus seres queridos, se negaron a comer.
“Muchas de ellas están muy mal para comer. Ni siquiera pueden caminar. Pienso que muchas de ellas morirán de frío”.
“Algunas de nosotras se pusieron histéricas y yo era una de ellas. Se hartaron de nosotras, hicieron una selección y nos dijeron que nos fuéramos de la ciudad”.
“Éramos alrededor de 100, todas madres. Nunca hubieran dejado irse a ninguna chica joven”.
El ataque de Baga, que causó cientos o miles de muertos a principios de enero, según diversas fuentes, es el más sangriento de los cometidos por Boko Haram en seis años.
“Cuando salí de la escuela vi muchas casas quemadas y cuerpos descomponiéndose en toda la ciudad”, afirma Wari.
“Me tuve que tapar la nariz con un pedazo del velo por el olor a putrefacción de los cadáveres”.
“No hay nadie en la ciudad, excepto Boko Haram. Patrullan por la ciudad durante toda la noche. No duermen en toda la noche. Convirtieron a la base militar [multinacional] en su cuartel general”. afirma Kaltuma Wari.
“También se alojaron en las casas más grandes, no las quemaron”.
“Casi todos los pueblos por los que pasamos camino a Monguno, a 65 km de distancia, estaban desiertos. Sólo quedaban ancianas demasiado débiles para una caminata tan larga”.