Dávila fue presidente de la Federación de Industrias y expresidente del Comité Empresarial Ecuatoriano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Entrevista a Pablo Dávila. Este jurista será parte del Frente contra la Corrupción, que convocó el presidente Lenín Moreno.
El caso Odebrecht sacudió al país el viernes. Los agentes detuvieron a cinco sospechosos y el presidente Lenín Moreno anunció que hay más involucrados por este hecho. En medio de estos sucesos, ¿cuán necesario es que se conforme un Frente contra la Corrupción, convocado por el Mandatario?
Los hechos del viernes y los que el país ha testificando muestran, lamentablemente, cuán inmersa está la corrupción en las esferas del Gobierno y en la administración pública. Eso demuestra que es urgente la necesidad de trabajar sistemática y estructuralmente en contra de este problema.
¿Eso se puede conseguir con un Frente con exministros del anterior Régimen?
Todo depende de varios factores. Uno de ellos son las atribuciones que tendrá el Frente y, por otra parte, la probidad de las personas invitadas por el señor Presidente.
¿No le quita probidad al grupo el hecho de que aparezcan personas cercanas a AP? En algún momento, ellos tendrán que indagar a sus excompañeros.
Considero que es muy riesgoso que, yendo en contra de la independencia, la imparcialidad y la autonomía, personas con algún conflicto de interés, estén en el Frente.
Pero eso va a pasar.
Correcto, pero lo que quiero decir es que el Presidente ha aclarado que el Frente discutirá también temas de políticas públicas en la lucha contra la corrupción. Y la elaboración de proyectos normativos que permitan mejorar el marco jurídico, para combatir este problema. Entonces, ¿tenemos o no que trabajar con ciertas autoridades?
Pero al hacer una evaluación de los invitados al Frente se ve que siete de 13 tuvieron algún acercamiento con el oficialismo.
Es imprescindible establecer un código de conducta, un manual de procedimientos y estatutos internos, que permitan viabilizar la independencia, la imparcialidad y la autonomía del Frente. Caso contrario, este esfuerzo del Presidente se puede deslegitimar de entrada. Él debe estar consciente de que este es un gran riesgo que estamos asumiendo todos, pero conscientes de que queremos aunar esfuerzos en la lucha contra este lacerante problema.
Bajo esa perspectiva, ¿qué hacer, por ejemplo, desde las aulas escolares o de las universidades?
La solución transversal a este problema implica una serie de políticas públicas. Lo que quiero decir es que la solución es de carácter sistemático. Es imprescindible que la política educativa encuentre en la despensa de valores, de honestidad y de transparencia… la base de la educación formal.
Pero no se hace ese trabajo sistemático. Lo que se ha visto son experiencias puntuales, como la Comisión Anticorrupción o este Frente de Transparencia.
Necesitamos, precisamente, a través del Frente buscar soluciones de carácter estructural y sistemáticas, que nos permitan crear el ambiente para solucionar los problemas derivados de la corrupción. Ahora, no solo se trata de tener reglas o principios sino de tener mecanismos prácticos que permitan denunciar sin temor.
En lo privado, ¿qué hacer? Hoy mismo está el caso de Odebrecht, una constructora que tenía hasta un departamento de coimas.
Al ser un problema sistemático, la corrupción no está limitada a lo público o lo privado. Esto corroe todo donde se le permite entrar. Y se necesitan controles específicos.
Sin embargo, ahora tenemos el caso del contralor Carlos Pólit, cuya casa fue allanada por policías.
Allí hay que dar paso inmediato a la actuación judicial.
¿Los sistemas judicial y de control han fallado?
De acuerdo. Los ciudadanos pueden denunciar y combatir la corrupción. Para eso necesitamos un marco de institucionalidad, pero eso está fallando. Necesitamos que la independencia de poderes, que la seguridad jurídica, que el debido proceso estén vigentes.
Por qué, entonces, no fortalecer la Fiscalía, encargada de indagar los delitos, en vez de crear un Frente.
Por eso va a ser fundamental debatir las atribuciones exactas del Frente. A mí me parece que el espacio más factible es el desarrollo de políticas pública de prevención. También está la elaboración de propuestas de normativas. Luego está la potencial investigación y denuncia. Eso es lo que genera más reserva. Por tanto, es fundamental que el Frente se dé el trabajo de evaluar si esta es o no una atribución.
En este camino, ¿cómo ayudará la ONU?, a la que el Presidente recurrirá
Me parece que el sistema de Naciones Unidades tiene un rol fundamental. El primero es viabilizar la implementación de principios y conceptos contenidos en la convención de la ONU contra la corrupción. Lo otro es que este organismo ha establecido los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Uno de esos objetivos habla de la gobernabilidad, la paz y la institucionalidad. Y dentro de ello, el tema de la corrupción es fundamental.
Ahora, ¿qué garantías tienen para su trabajo y que luego no sean enjuiciados?
No se ha hablado aún de eso.